Para los amantes de la navegación y de las grandes hazañas ocurridas en el mar, siempre hay un elemento indispensable cuando se trata de que los navíos atraquen en tierra: los faros. En toda ciudad portuaria donde tuviese lugar una gran movilización de barcos era indispensable que hubiera faros para indicar su aproximación a tierra firme, además de visualizar el lugar donde debían llegar las embarcaciones. Por ese motivo, la provincia de Valencia, gracias a que años atrás fue una de las zonas portuarias más importantes de Europa y del Mediterráneo, conserva a lo largo de toda su costa una serie de faros ubicados en los puntos más importantes a nivel marítimo. Si hacemos un recorrido de norte a sur por el litoral de la provincia de Valencia, descubriremos los cuatro faros más importantes. Una visita que no solo nos permitirá conocer mejor nuestras costas, sino que nos otorgará maravillosas vistas de estas antiguas torres.
El primer faro que podemos destacar es el Faro de Canet d’En Berenguer, localizado a 300 metros de la orilla del mar y destacado por tener una altura de 30 metros. De forma cilíndrica, el Faro de Cabo Canet se encuentra anexionado a un edificio de una planta y actualmente se trata de una torre habitada. Aunque no tendremos opción de visitar su interior, merece la pena visitarlo, sobre todo al llegar la noche. Y es que este faro sigue emitiendo una luz blanca en grupos de dos destellos en un ciclo de 10 segundos, lo que lo convierte en algo único.
Otro de los faros con mayor fama de la provincia es aquel que se encuentra en el puerto de Valencia. Las nuevas instalaciones de la zona portuaria contrastan con una arquitectura propia de tiempos pasados, haciendo que tradición y modernidad confluyan en este emplazamiento. Si continuamos nuestra ruta y nos desplazamos al sur de Valencia, nos encontraremos con uno de los faros más famosos de toda la zona mediterránea: el faro de Cullera, construido en el lugar conocido como la Punta del Faro. Se trata de un edificio de planta circular, en cuyo centro se eleva la torre de fábrica de sillería, sección troncocónica de dieciséis metros de altura y tres aberturas exteriores. Se erige de manera similar al de Canet d’En Berenguer. Por razones de seguridad es imposible visitar el interior, pero su emplazamiento privilegiado, con un plano focal que se eleva 27,90 metros por encima del mar, lo hace merecedor de ser visitado. ¡Toda una imagen de postal a los pies del Mediterráneo!
Para finalizar nuestro recorrido debemos hacer una parada obligatoria en el faro de Gandia. Lo encontraremos en la entrada del puerto, concretamente en un espigón que se adentra en el mar. Este faro sigue activo en su misión de guiar a los barcos que se adentran en la ciudad y tiene una característica estructura metálica en color verde. Una torre moderna que rompe con el tradicional aspecto de las anteriores y que, a día de hoy, forma parte indispensable del paisaje marítimo de la ciudad de Gandia.
Como podemos comprobar, se trata de un recorrido entretenido que nos permitirá conocer el litoral de la provincia de Valencia al tiempo que rastreamos las huellas de su prominente pasado naval dentro de Europa.
Fotos / AurelianusRex