Llíria, la ciudad de la música, es también conocida por tener uno de los conjuntos arqueológicos y monumentales más significativos de Valencia. Un destacado patrimonio que encontraréis en la Plaza del Trinquet Vell, donde se encuentra el complejo denominado la Plaça de les Termes. Se trata de uno de los más importantes de la España romana: los restos del santuario y las termas romanas de Mura. Y es que ya forma parte de la sabiduría popular que los romanos sabían cómo disfrutar y cuidarse, por eso no cabe duda de que este rincón formaba parte de su escapada particular en búsqueda de un relajante baño.
El balneario de Llíria era un lugar de encuentro de los ciudadanos romanos de finales del siglo I d.C. En su día se trataba de un enorme complejo público que incluía una zona religiosa, el templo o santuario, y una doble zona termal donde los visitantes acudían a bañarse. Sus aguas, que procedían de las fuentes de Sant Vicent, tenían reconocidas propiedades terapéuticas y curativas.
Hoy en día los restos todavía nos permiten admirar la distribución de las termas, que sigue el modelo tradicional de Pompeya y que se caracteriza por tener unas estancias básicas claramente diferenciadas: un vestíbulo o ‘apodyterium’, una sala para el baño frío o ‘frigidarium’, otra sala para unciones o ‘destrictarium’, el ‘assa sudatio’ – que correspondía a la zona de calor seco – y el ‘caldarium’ – la de vapor húmedo –. El ambiente cálido de algunas salas se conseguía mediante un sistema de calefacción romano denominado ‘hypocaustum’. Ésta consistía en construir una cámara subterránea sobre la cual se instalaba la zona cálida. Esta cámara se levantaba con galerías formadas con arcos de ladrillos por los cuales pasaba el aire caliente que emitían los hornos situados en el ‘praefurnium’. Sin duda, toda una obra de ingeniería que nos sigue sorprendiendo hoy en día por su complejidad.
Aunque el balneario era un punto de encuentro muy frecuentado por los ciudadanos romanos de Llíria, su uso empezó a decaer en la época del Bajo Imperio romano, hasta que vinieron las sociedades bizantinas y visigodas, las cuales se cree que las aprovecharon como un monasterio cristiano. En el siglo VII fueron abandonadas, sin embargo, hoy las recuperamos para saber un poco más de un pedazo de nuestra historia, para que tú también puedas incluir este rincón en tu particular escapada por el interior de Valencia.
Mas información / Ajuntament de Llíria
Foto / Qoan