La sierra que envuelve la localidad de Enguera nos sorprende con un regalo para la vista. En sus montañas encontraréis construcciones de estilo rústico cuyo origen se enmarca en tiempos de dominación islámica. El encanto de estas casas de color blanco puro bien puede dar lugar a una ruta muy original: la ruta de los Caseríos, donde hasta 20 núcleos conforman esta particular senda que empezamos ahora mismo.
Así, encontramos las encantadoras Casas de Benali a través de la carretera CV-584 que sale de Enguera. Este es el nombre con el que los pueblos vecinos llaman popularmente a este caserío que, tiempo atrás, fue una alquería musulmana donde se levantaba la ‘Torre de Benali’, de la que todavía quedan algunos restos. Si vamos a Lucena seremos testigos de unos muros que esconden mucha historia, y es que para conocer su origen tenemos que trasladarnos a la época romana, cuando los íberos cambiaron su zona habitual por la entonces denominada ‘Villa Luciana’ para huir de los romanos. Más adelante, en el siglo XIII, esta villa fue cedida a la Orden de Santiago.
Del caserío de Villa Seca se pensaba que era el origen de Enguera debido a la cantidad de restos medievales que allí se encontraron. La vigilancia de posibles invasores del poblado se hacía desde una torre, cuyo nombre ha derivado con el paso del tiempo en la denominación árabe ‘Al-Bury’, para pasar a ‘Alborig’ y finalmente Borch, su nombre actual. Y de Villa Seca nos vamos a Navalón, una pedanía de Enguera. Para llegar hasta ella hay que tomar la carretera local que va desde este municipio a Moixent (VV-3053) y no dejarla hasta llegar primero al Navalón de Abajo y luego al de Arriba. Desde el Ayuntamiento de Enguera nos proponen iniciar aquí las visitas a los caseríos de El Puntal, Requena, Santich, la alquería árabe Hoya Redonda y Corral de Blay. El primero de ellos lo descubriréis en la partida El Puntal y hay que decir que es uno de los más destacados por contar con restos de la edad de Bronce y por aglutinar unas 12 casas ya a principios del siglo XX. Asimismo, Santich llegó a tener hasta 14 casas y se piensa que fue el núcleo más antiguo, ya que aquí se encontraron restos del Neolítico.
Otros caseríos que no os podéis perder en esta ruta son los de Faracuat, El Corpacho, La Chirala, Venta Corrales, La Burrera, El Cuarto, Benalaz, Benigüengo, La Tejedora, Toñuna, La Guañanonera y Benacancil. Este último sorprende por ubicarse a los pies de un barranco y se cree que fue levantado por una noble familia de Xàtiva.