La ruta de la Cova Negra forma parte de un paraje natural compuesto por casi 60 hectáreas de terreno, las cuales se sitúan junto a un valle formado por el río Albaida, muy cerca del municipio valenciano de Xàtiva. Esta vía está caracterizada por la belleza excepcional de sus paisajes, además de que supone un completísimo recorrido arqueológico que transportará al visitante desde el Paleolítico Medio hasta la Edad del Hierro.
La cueva en sí misma supone uno de los yacimientos Neandertales más importantes de la península, así como de Europa. Su nombre proviene del tono oscuro de los techos, fruto de las hogueras realizadas en su interior durante miles de años. Resulta impresionante pensar que este entorno fue ocupado por los hombres de esta época y que, probablemente, fuese uno de los últimos asentamientos de su especie.
Geográficamente, la gruta está situada en el estrechamiento del barranco del río Albaida, el cual además circula a los pies de la cueva. Una de sus características principales es su amplitud. Esta cavidad rocosa está compuesta por un gran vestíbulo principal y otra zona más baja que funcionaba a modo de abrigo porque está más resguardada.
Actualmente, la caverna está protegida por una valla para evitar su deterioro, pero si quieres verla por dentro solo tienes que ponerte en contacto con el Servicio de Arqueología del Ayuntamiento de Xàtiva para concretar una visita.
Además de esto, durante el trayecto, el senderista se topará con numerosos acueductos que antiguamente transportaban el agua a la población de Xàtiva. De entre ellos, destaca el llamado ‘Les Arcaetes d’Alboi’ construido por los Árabes alrededor del siglo XI. Se trata de un acueducto de piedra compuesto de 9 arcos y más de 200 metros de longitud que, durante mucho tiempo, continuó transportando el agua de la que se abastecían una gran parte de domicilios y fuentes del municipio.
Otra posibilidad ofrecida por la ruta de la Cova Negra es la visita de otras cuevas como la Cova Gran de la Petxina – de 26 metros de largo y 7.5 de profundidad – que contiene pinturas rupestres que permanecen valladas para garantizar su protección. A pesar del desgaste, todavía se puede divisar una figura humana esquemática de aproximadamente 9 centímetros dibujada con las brazos ligeramente inclinados hacia arriba. De forma más difuminada, podremos ver también los restos del dibujo de una familia.