La gastronomía de Oliva es característica en la zona debido a sus platos y productos típicamente mediterráneos que siguen una dieta sana, equilibrada y variada. Gracias a su excelente ubicación abundan los artículos de gran calidad, tanto frutas como verduras, provenientes de sus huertas.
Entre sus recetas más representativas destacan las coques a lo Calfó, compuesta por una pasta fina elaborada de trigo y maíz, o también los Figatells, mezcla de carne de cerdo con especias, todo amasado de forma redondeada y acompañado de mostaza. Por su parte, el mar y la ganadería también aportan su grano de arena en la conformación de esta cocina popular con guisos como por ejemplo las gambas con acelgas.
Pero, sin duda, una de los productos estrella de la región, gracias al cual se elaboran exquisitos platos tradicionales, es el arroz. Este producto ofrece cientos de posibilidades, como el arroz negro, el arroz a banda, arroz caldoso o arroz con verduras; sin olvidar, evidentemente la tradicional paella valenciana.
No obstante, el plato hecho con arroz más característico de la zona son les prebreres farcides o, lo que es lo mismo, pimientos rellenos. Sus ingredientes principales son el arroz, el atún y las judías, además de los pimientos rojos utilizados como cobertura del plato.
Dentro de los platos característicos, esta receta podría considerarse de elaboración costosa, aunque eso no ha sido motivo para perder la tradición de cocinarlo, sobre todo en verano, época del año en la que más se suele preparar.
Además de los ingredientes principales que hemos mencionado, a este clásica comida olivense se le añade también ajo, ramitas de perejil, tomate maduro rayado, piñones, sal, aceite y azafrán. Por supuesto, todos ellos son productos típicos tanto de la tierra como de la provincia de Valencia en general. Es un plato muy saludable y, de hecho, uno de los preferidos por los autóctonos.
Para su elaboración, básicamente, hay que vaciar los pimientos y rellenarlos con el condimento que previamente hemos hecho a fuego lento en una cazuela, tras lo cual se mete en el horno durante dos horas. La dificultad de este plato reside en la preparación de todos los alimentos que componen el relleno.
Para este paso previo se añade en una cazuela, a fuego lento y con un poquito de aceite, los dientes de ajo con unos trocitos de pimiento. Luego, se añade el tomate y el perejil y, más tarde, el atún. Después de removerlo un rato, se añaden las judías, los piñones y se vuelve a remover todo junto. Más tarde, se añade el caldo y, por último, el arroz, que terminará de hacerse en el horno.
Es una forma muy resumida de explicar la receta pero se puede observar la complicación que conlleva, ya que son muchos pasos y tiene que quedar todo en su punto. Aun así, no cabe duda de que la espera merece la pena, ya que le resultado es inmejorable.
Foto / Jlastras