Los museos etnológicos son lugares que nos transportan a épocas pasadas mostrándonos de primera mano la cultura y la forma de vida que existía en ese mismo lugar unos cuantos años atrás. Son una forma de combinar el pasado y el futuro, lo nuevo y lo viejo, de hacernos ver qué es lo que tenemos y cuánto hemos perdido o ganado.
Nos invitan a reflexionar sobre el pasado, el futuro y el presente de una forma única. A través de objetos cotidianos descubrimos formas de vida anteriores, nuestras raíces al fin y al cabo. Visitar un museo etnográfico, sea o no sea de nuestra ciudad de origen, es siempre una manera interesante de aprender algo nuevo, sobre todo si lo que queremos es descubrir una cultura desconocida.
En el municipio valenciano de Canet d’en Berenguer existe un museo etnológico que entre otras curiosidades conserva la reproducción de una carta matrimonial que data del siglo XVIII, además de varias piezas típicas de la indumentaria valenciana.
Otro de sus puntos fuertes es un diorama de 8 m² que reproduce una imagen del término municipal tal y como estaba a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Sobre todo, se ha querido mostrar parte de la actividad cotidiana de la época a través de actividades tan representativas como la pesca mediante utensilios tradicionales para su trabajo, así como para la labranza, dos labores que incluso hoy en día aún gozan de cierta importancia. De hecho, la galería está ubicada en una casa de campo que, precisamente funcionó en su momento como centro de explotación agrícola.
Todo aquel que quiera visitar el Museo Etnológico de Canet d’en Berenguer podrá hacerlo todos los días de lunes a viernes a partir de las 16.30 h y hasta las 20.30h. El horario es tan reducido debido a que el edificio tiene también otras funciones, pues a su vez es centro de juventud, sala de exposiciones, taller de formación y museo, todo dentro de la misma estructura.
Por todo ello, si ha decidido para unos días en este bonito municipio de la provincia de Valencia, sepa que además de fantásticas playas también puede embriagarse de la cultura local a través de una colección estupenda de objetos que recuerda una época ya pasada pero a la que sin embargo aún existe una fuerte unión.
Foto: Torpe