Como ocurre todos los años, el 17 de agosto ha tenido lugar una de las competiciones veraniegas más importantes, el famoso Gran Fondo Internacional Villa de Siete Aguas, en la provincia de Valencia. Este año ha sido especial por diferentes motivos, ya que entre sus corredores, había uno conocido por todo los amantes del atletismo y una de las figuras más destacadas del deporte olímpico: Chema Martínez. El velocista madrileño ha sido la imagen de este año, con el fin de atraer al mayor número de corredores posibles, en la celebración de la 34º edición de una de las carreras populares más importantes de España.
La carrera, que tiene un recorrido aproximado de 15 km – en concreto 15.150 m – se compone de una vuelta a un circuito urbano y otra de montaña toda asfaltada. El pistoletazo de salida fue a las 19.30 y transcurrió sin incidentes hasta su final dos horas después, de acuerdo con los cálculos estimados por la organización de la competición. La participación tanto de hombre como de mujeres fue todo un éxito, pues se consiguieron alcanzar por primera vez los 2.000 participantes, el máximo aforo posible de corredores.
En cuanto a la competición, que comenzó con el habitual desfile de niños descendiendo por las calles del pueblo al ritmo de la Sociedad Musical de Siete Aguas, hubo varias sorpresas en la categoría masculina. El favorito para llevarse el primer premio, Chema Martínez, se vio superado por el deportista marroquí, Quais Zitane, quién logró imponerse al parar el cronómetro en 47 minutos y 28 segundos, seguido muy de cerca por el español, que realizó un tiempo de 48 minutos y 52 segundos. Respecto a la carrera femenina, ganó Fátima Ayachi con una marca de 58 minutos y 9 segundos, mientras que en segunda posición quedó la valenciana Lavinia Albinyana.
Pero si por algo ha sido especial la carrera de este año, no ha sido solamente por conseguir que participasen 2.000 corredores o la presencia de un deportista olímpico, también se debe a que es la primera vez que se establecía un servicio de guardarropía solidario. Cada persona que fuera a dejar sus pertenencias antes de comenzar la carrera, debía de pagar únicamente 0,50€, una mínima aportación que iría expresamente para ayudar a los más desfavorecidos a través de la “Fundación Agua de Coco”, la cuál será la encargada de destinar ese dinero para la causa.
Foto: Joshia Mackenzie