A estas alturas, todos conocemos el Parque Natural de l’Albufera, un paraje único en la provincia de Valencia y en toda España gracias a su flora y fauna. El mayor lago de agua dulce de la Península Ibérica está separado del Mediterráneo por una estrecha franja de tierra donde destacan playas como la del Recatí; pero hoy no nos fijaremos en eso sino en la gastronomía, concretamente en la Espardenyà.
La Espardenyà es un plato típico de l’Albufera, que tiene a las anguilas del lago como elemento principal, aunque no es muy conocido. Además de las anguilas, lleva carne, y aquí es donde aparece la variedad de recetas ya que se utilizan tanto pollo como conejo y pato, ya sea a la vez o por separado.
Ingredientes
- Un kilo de pollo (también podemos utilizar conejo y pato)
- 750 gramos de anguilas limpias
- Medio kilo de patatas
- 50 gramos de almendras o piñones
- Cuatro huevos frescos
- Una cabeza de ajos
- Aceite de oliva, pimentón dulce, agua
- Dos guindillas (opcionales, para darle un toque más picante)
Preparación
Lo primero que haremos será freír a fuego muy lento las almendras o los piñones y dos ajos pelados en una paella o una cazuela bien ancha. Cuando los ajos se hayan dorado los reservaremos y freiremos el resto de los ajos (esta vez sin pelar) y el kilo de pollo que antes habremos cortado en trocitos pequeños. En el momento en que la carne también se haya dorado, se le añaden dos cucharaditas de pimentón dulce y lo sofreímos todo rápidamente, aunque hay que evitar que se nos queme.
A continuación, verteremos el agua –aunque no llegaremos a cubrir el pollo del todo- y lo dejaremos un cuarto de hora cociendo a fuego medio. Mientras, troncharemos las patatas en trozos como si fuésemos a guisarlas y pasados los 15 minutos las añadiremos a la cazuela y las dejaremos 10 o 12 minutos. Lo último que añadiremos serán las anguilas, que antes habremos cortado en trozos de unos 10 centímetros; y las tendremos al fuego otros 7 minutos.
También añadiremos las almendres o piñones que habíamos frito al principio, machacadas en el mortero con los dos ajos que también habíamos retirado. Finalmente, estrellamos los cuatro huevos sobre el guiso. Llegados a este punto no debemos remover el guiso para evitar que se rompan los huevos, y trataremos que las yemas no se cuajen. Llegados a este punto, es la hora de sentarse a la mesa y disfrutar de uno de los platos más desconocidos de la gastronomía valenciana.
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