El mar nos regala suculentos y sanos alimentos que nos encanta poner en nuestro plato. De todos ellos hay uno muy valenciano, y es que las clóchinas son un exquisito manjar 100% autóctono. Un producto, además, muy preciado pues debido a su estacionalidad sólo se recoge una vez al año, de forma que tenemos que esperar a los meses de mayo, junio, julio y agosto para poder degustar la clóchina de Valencia, característica que le otorga cierta exclusividad.
Una curiosidad es que solemos confundir este producto con el mejillón de las costas gallegas. Sin embargo hay algunas diferencias que nos ayudarán a distinguirlos, siendo las más llamativas el color y el tamaño. La clóchina valenciana tiene un tono rosáceo más claro y es más pequeña pero, eso sí, muchos la consideran más sabrosa y jugosa. Pero esto no es todo, porque parece que sus propiedades son inversamente proporcionales a su tamaño. En ella caben vitaminas y minerales esenciales en nuestra alimentación, como son el calcio, el hierro, fósforo y magnesio. Por otra parte, podemos consumirlas a voluntad porque son todo proteínas y muy bajas en grasas. ¿Quién dice que el sabor está reñido con la comida saludable?
Las podemos comer a mediodía o en la cena, y son deliciosas como tapa, aperitivo o primer plato. Lo mejor de todo es que son muy fáciles de preparar, ya que sólo hay que limpiarlas un poco por fuera y cocinarlas al vapor. La temperatura hará que los bivalvos vayan abriéndose y sacando el agua del mar de su interior. Una vez estén prácticamente todas abiertas ya están listas. En realidad no hace falta nada más, pero hay quienes las ponen al fuego con ajo y perejil, o bien añaden estos condimentos a la hora de degustarlas junto con rodajas de limón. Las clóchinas también son un elemento fundamental en los platos tradicionales valencianos, formando parte de una variante de la paella, el arroz de marisco, así como también de la ‘fideuà’.
Desde el año 2007 tienen la marca de calidad ‘Clóchina de la Comunitat Valenciana’ y, aunque el precio es ligeramente más elevado, vale la pena darse un capricho con este producto tan saludable que se sigue cultivando y recogiendo de forma totalmente artesanal.
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Foto / by onnoth