Parque Natural de la Sierra Calderona
El Parque Natural de la Sierra de la Calderona, declarado el 15 de enero del 2002, comprende una extensión de 18.019 ha. Situado entre las provincias de Castellón y València, está constituido por una alineación montañosa de orientación noroeste sudeste, que separa las cuencas de los ríos Palància y Turia, y se extiende por las comarcas del Alt Palància, el Camp de Morvedre y el Camp de Túria.
Municipios dentro del parque: Altura, Albalat dels Tarongers, Algimia de Alfara, Estivella, Gátova, Gilet, Marines Vell, Náquera, Olocau, Sagunto, Segorbe, Segart, Serra y Torres Torres.
Constituye uno de los enclaves naturales más valiosos de la Comunitat Valenciana, las características físicas del cual le otorgan un interés ecológico excepcional, a la vez que paisajístico.
Su orografía abrupta, coronada por el Montmajor (1.015 m), el Gorg (907 m), Rebalsadors (802 m), la Oronet (742 m) y el Garbí (601 m), unida a la presencia de materiales tanto carbonatados como silicios, le confieren una elevada diversidad de hábitats forestales y de matorral que favorecen la existencia de numerosas especies de flora y de fauna.
Constituye uno de los hábitats más importantes debido de tanto a su valor ecológico como su vinculación con la cultura popular y a los usos tradicionales de los recursos forestales que han caracterizado las generaciones pasadas. Lamentablemente, la actividad humana y los incendios forestales han provocado una distribución dispersa y una disminución de la vegetación característica de la sierra de la Calderona, que ha quedado dominada por pinares y matorrales.
Los numerosos hallazgos arqueológicos y el rico patrimonio arquitectónico, que salpican este espacio natural, dan testigo de la historia y de la cultura tradicional que ha caracterizado y caracteriza esta sierra.
Oficina Técnica del PN de la Sierra de la Calderona
C/ Senda de la Ermita, n.º 1, bajo – 46119 Náquera
Tel.: 961 681 993 / 679 195 238
Correo electrónico: sierra_calderona@gva.es
Más información sobre los parques naturales de la provincia de Valencia:
Web: https://parquesnaturales.gva.es/es/
Fundación Sierra Calderona.
Edificio Sierra Calderona, Plaza del Ayuntamiento s/n. 46119, Náquera (Valencia)
Telf.: +34 96 168 11 84.
Fax +34 96 168 42 33.
Página web: www.sierracalderona.org
Email: administracion@sierracalderona.org
RUTAS DE SENDERISMO
Acceso al punto de inicio de la ruta:
Desde la población de Serra o la población de Torres Torres por la CV-310 llegamos a lo alto del puerto de montaña del Oronet (500 m.s.n.m) desde donde sale un desvío (CV-334) hacia Barraix/ Garbí/ Segart. Sin dejar el camino asfaltado siempre en dirección a El Garbí, llegamos a una pequeña replaza donde se ubica la señal de Parking y la de inicio de ruta.
Ruta azul: El Garbí
Dificultad: Sencilla.
Distancia: 1,5 Kilometros.
Tiempo estimado: 1 h.
No apta para realizar en bicicleta.
Parada 1. El Pla del Garbí.
Saldremos del parking hacia el mirador y en la primera parada observaremos frente a nosotros el Pla del Garbí, una zona extensa donde es evidente la ausencia de estrato arbóreo, consecuencia de un incendio y donde destaca la presencia de la vegetación regenerada tras el mismo. Una vegetación arbustiva, que constituye una etapa evolutiva que mejorara las posibilidades de un potencial bosque futuro.
Frente a nosotros La Mola de Segart y al fondo el Golfo de Valencia. Subiremos, en dirección al mirador, por un camino de color rojizo indicativo del rodeno tan característico de la Sierra.
En la zona en la que encontramos cubierta arbórea, predomina el pino rodeno, acompañado de madroños y brezos.
Parada 2. Mirador del garbí.
A nuestra izquierda un área recreativa y de descanso, donde además se encuentra la Ermita de la Santa Creu de moderna construcción que sustituye a otra que se edifico en 1787. La desaparecida ermita tuvo hospedería hasta principios del pasado siglo.
Este es un mirador de grandes precipicios (cortados, peñascos) donde pueden apreciarse las características rocas de rodeno que forman un espectacular balcón hacia el Valle del Palancia, el Mar Mediterráneo y lejana la ciudad de Valencia.
En días claros podremos observar el gran arco del golfo de Valencia: desde la Sierra de Irta hasta el cabo de Sant Antoni, a veces incluso las Islas Columbretes en frente de Castellón.
Parada 3. Pista forestal.
De regreso al punto de inicio, el itinerario recorre una pista forestal desde la que podemos observar el valle del Río Palancia y tras él, la Sierra de Espadán en la provincia de Castellón, otro de los Parques Naturales de la Comunidad Valenciana, importante por su extensión y sus características ecológicas.
Entre la vegetación próxima a la pista destacan ejemplares magníficos de madroño, lentisco y coscoja que cumplen perfectamente su papel conservador del suelo y detención de la erosión frente a las lluvias.
Por esta pista llegaremos de nuevo al punto de inicio.
Acceso a la señal de inicio de ruta:
El inicio de esta ruta parte de la misma población de Olocau, concretamente de la Font de la Carrasca. Esta fuente se encuentra ubicada en la misma salida de la población al lado de la carretera CV-25 dirección Marines Vell /Gátova.
Longitud del itinerario: 5 km.
Tiempo estimado: 2 h.
Dificultad: sencillo.
Apta para realizar en bicicleta.
Introducción
Olocau es una población de la comarca del Camp del Tùria, tiene unos 960 habitantes y se encuentra a los pies de la Sierra Calderona, junto al Barranc del Carraixet. Su principal actividad económica está basada en la agricultura (olivos, almendros, viñedos, algarrobos, naranjos ...) y servicios. Olocau ha conocido el paso de múltiples pobladores a lo largo de su historia. Desde el Neolítico han quedado numerosos restos en forma de yacimientos que han dejado una huella de gran riqueza arqueológica.
Parada 1. Collado de Terreta Blanca.
Durante el ascenso por el camino de Terreta Blanca podemos observar la transición del color rojo al blanco en el suelo que pisamos, pasando de un suelo de rodeno (rojo) a otro calizo (blanco). Este cambio en la composición del sustrato producirá también cambios en la vegetación, pues hay especies más adaptadas a vivir en suelos ácidos como el rodeno y otras, en suelos más básicos, como el terreno calizo.
Nos detendremos en el collado de Terreta Blanca y desde allí la vista se pasea por la Vall de la Quebrantá del Coixo. El fondo del valle es principalmente agrícola, mientras que a la derecha del camino destaca vegetación forestal, siendo la especie dominante el pino blanco que ha prosperado sobre antiguas zonas de cultivo de secano.
Parada 2. Aljub del Castellet o del Castillo del Real.
En este punto podemos decidir si nos atrevemos a tomar el ascenso al castillo o si, por el contrario, continuaremos el camino hasta la siguiente parada. Si nuestro caso es el segundo, continuaremos por el camino de la Canyaeta de Xavielet y pasaremos cerca de un aljibe, una construcción antigua de piedra seca destinada al almacenamiento de agua de lluvia.
Parada 3. Canyaeta de Xavielet
Aquí encontramos la vegetación más interesante de todo el recorrido por la dificultad que supone encontrar en la Sierra Calderona manchas relictas de alcornoques.
Los alcornocales se distinguen por tener grandes exigencias en cuanto a suelo, requieren unas condiciones de humedad superiores a los 600 l/m2 y además no soportan temperaturas muy bajas. Es por esto que encontrarnos con estas pequeñas manchas de alcornoques, conceden gran valor a nuestro recorrido. La corteza de este árbol proporciona al mismo una gran resistencia contra los incendios, permitiéndole rebrotar de copa y de ese modo acelerar la recuperación de la vegetación después de cualquier incendio.
Parada 4. La Font del Frare
Siguiendo las indicaciones de la señalización, regresaremos de nuevo al pueblo de Olocau, pero antes nos detendremos en la Font del Frare. Fuente construida, como lee la inscripción, por el Conde Diego de Fenollet, un ilustre del s.XVIII.
En el fondo del barranco próximo encontramos las especies típicas adaptadas a vivir en mejores condiciones de humedad y donde la exuberancia y frescura de la vegetación nos recuerda que estas son mejores condiciones para su desarrollo: mirtos, lentiscos y zarzamoras están bien representados.
Dificultad: sencilla
Distancia: 5 kilometros.
Tiempo estimado: 1,5 h.
No apta para realizar en bicicleta.
Cómo acceder al punto de inicio de ruta.
Desde Náquera en dirección a la población de Serra, encontramos un desvío a la izquierda que nos lleva a Portaceli y al área recreativa del Pla de Lucas. El inicio de la ruta está en el mismo cruce de las carreteras que van a la derecha a la Cartuja y a la izquierda a la carretera de Bétera - Olocau.
Desde Bétera, saliendo de la población en dirección a Náquera - Serra, tomar el desvío que se dirige a Olocau y en la segunda rotonda coger el desvío a la derecha en dirección Base Militar - Portaceli. Llegamos al área recreativa del Pla de Lucas, allí en el cruce con la carretera de Náquera se encuetra la señal de inicio de ruta.
Nos encontramos en la puerta de entrada de la Sierra Calderona por los montes de Portaceli. Un zona con un entorno natural de gran valor ecológico y un lugar destinado al esparcimiento y al ocio que todos debemos respetar y cuidar.
Parada 1: Pla de Lucas
La vegetación dominante la componen pinos salpicados de manchas de monte bajo mediterráneo. Si nos paramos a observar veremos que algunos ejemplares tienen pueden llegar a tener más de un siglo de vida.
Es de señalar la zona que en el área recreativa hay una ausencia de vegetación arbustiva debido a la compactación del suelo, por el continuo paso de vehículos y visitantes.
Los pinos son Pinus halepensis (conocido también como pino carrasco o pino blanco). El estrato más bajo de vegetación está compuesto por especies de plantas como el tomillo, el romero, la albaida, la ruda, ... Aparecen también algunos ejemplares de mirtos, lentiscos, coscojas y de enebros de mayor porte que las anteriores.
No está mal recordar que estos lugares destinados al ocio de los ciudadanos y ciudadanas son disfrutados por todos de modo que tenemos que saber cuidarlos y ayudar a su conservación.
Parada 2: Mirador de la Pedrera o de Broseta
Desde el mirador nuestra vista se pasea por todo el valle de Lullen con una majestuosa vista de la Cartuja de Porta Coeli (Puerta del Cielo) situada al pie del macizo de Rebalsadores.
La Cartuja se fundó en 1272, por el Obispo de Albalat, confesor de Jaime I, bajo las normas de la Orden de San Bruno. En el siglo XV, durante una de las épocas de esplendor económico de la Cartuja, se construye el acueducto con once arcos apuntados. Fue en esta época cuando Bonifacio Ferrer, hermano de San Vicente Ferrer, fue nombrado prior de Portaceli (1400) y durante su estancia en la cartuja tradujo la Biblia al valenciano.
En 1835, durante la Desamortización de Mendizabal, la cartuja fue exclaustrada y vendida. Pasó a manos privadas y tuvo distintos usos: hospedería, hospital, cárcel... En 1931, la cartuja pasó a manos de la Diputación que la cede a los cartujos de nuevo en 1942.
Si desde nuestra posición frente a la cartuja miramos hacia la derecha, observamos una cantera de piedra calcárea del jurásico medio y explotada desde 1400 aproximadamente. Esta cantera también fue propiedad de los cartujos y el material que de allí se extrajo se empleó para la construcción de la Iglesia de la Cartuja.
A pesar de tener especies muy adaptadas al fuego, una de las peores agresiones que puede sufrir el monte mediterráneo, es la de los incendios forestales. Frente a nosotros vemos las consecuencias de un terrible incendio ocurrido en los últimos días de agosto de 1992 y su efecto más devastador está en la desprotección del suelo y por tanto en la progresión de los fenómenos erosivos. Esta es la razón por la que entre todos, debemos luchar por prevenir los incendios forestales.
Parada 3: Usos agrícolas
Ahora nos adentramos en una zona que a buen seguro fue aprovechada durante mucho tiempo por los moradores de los alrededores. Las tierras que rodean a la cartuja de Portaceli han sido aprovechadas para el cultivo de manera intensa a lo largo de los siglos.
Nuestros antepasados usaron con esmero sostenible todo lo que ofrecía la naturaleza, modelando el paisaje que ahora vemos y aprovechando el espacio forestal y agrícola cómo fuentes de recursos fundamentales. Desde el esparto hasta los cereales eran vitales para la economía local.
Las principales tierras aptas para el cultivo ya fueron muy trabajadas por los musulmanes que habitaron en el valle de Lullén. Podemos imaginar cómo este territorio estaba dominado por cultivos de secano, tanto de árboles como de cereales: el paisaje estaba formado por un mosaico típicamente agrícola: olivos, viñas, trigo, higueras, algarrobos y almendros.
Los montes y pinares propiedad de La Cartuja, a lo largo de la historia, han sido arrendados para la explotación de los distintos recursos forestales tales como: esparto (Stipa tenacissima) y palmito (Chamaerops humilis), podas y talas de pinos para madera y carbón, explotación de leñas bajas que se usaban para hornos de alfarería y tejares de la huerta, hierbas aromáticas y medicinales, así como las propias yeseras de la Cartuja.
El vino de Portacoeli que se producía en la Masía de la Torre era muy apreciado. A modo de ejemplo, el botánico valenciano Cavanilles ya hizo referencia en el siglo XVIII , en su estancia por la Cartuja, a los vinos y licores del lugar.
Las producciones de seda o de miel, entre otras, fueron también aprovechamientos que tuvieron su importancia, de hecho en el S. XVII se estima que ya existían 1000 colmenas de cera y miel en esta zona.
Parada 4: Incendios forestales
Los incendios forestales representan uno de los mayores problemas ambientales de los ecosistemas mediterráneos y los efectos del cambio climático previstos para las próximas décadas agravarán más esta situación.
El Parque Natural de la Serra Calderona ha sido el escenario de repetidos incendios forestales en las últimas décadas afectando a extensas y valiosas áreas naturales y poniendo en peligro la supervivencia de gran parte de nuestro patrimonio natural y cultural.
Estamos frente a una zona que se quemó a mediados de los años 80. La vegetación presente ha tenido que adaptarse a las extremas condiciones impuestas por la destrucción de un hábitat. Especies autóctonas cómo las jaras y la aliagas son capaces de rebrotar a través de sus semillas, al igual que el pino carrasco. En cambio el enebro, lentisco o madroño y la carrasca, entre otras especies, rebrotan de cepa. Estos mecanismos de adaptación son esenciales en nuestros bosques, sin ellos no sería posible tener una cobertura vegetal y los procesos de erosión serían muy graves.
El uso del fuego en terrenos forestales está limitado a determinados usos agrícolas y recreativos respetando la legislación vigente. Tenemos que extremar las precauciones evitando situaciones de peligro.
Para volver al lugar de inicio del itinerario continuaremos por el camino siguiendo las señales teniendo en cuenta que hay un lugar en el que hemos de cruzar el barranco de Portaceli que tenemos a nuestra izquierda y continuar por el camino siempre siguiendo las indicaciones.
Longitud total: 11 Km
Dificultad:
Pico Tristán-Barranco Saladilla: Sencilla.
La opción de subida al Pico del Gorgo tiene cierta dificultad.
Tiempo estimado (ruta completa): 3h 30'
El inicio de esta ruta se encuentra en los alrededores de la Masía de Tristán entre los término de Segorbe y Gátova nos permite recorrer uno de los enclaves más valiosos de la Sierra Calderona. El itinerario nos permite contemplar el alcornocal del Parque Natural desde el mirador del pico de Tristán así como un reducto de roble valenciano localizado en el barranco de la Saladilla. Desde allí podemos continuar hasta alcanzar el pico del Gorgo (908 m), cima más alta del espacio protegido.
Se puede realizar de manera circular con dos niveles de dificultad. El más sencillo es tomar la pista hacia el observatorio forestal, volviendo por el barranco de la Saladilla. La ruta ofrece una segunda parte, más exigente, que nos permite alcanzar el Gorgo. Se alternan tramos de pista y senda, atravesando bosques de pino rodeno y alcornoques. La vuelta, desde el collado de Villacampa, se realiza tomando la pista forestal.
Parada 1.- . El paisaje cultivado.
Nuestras montañas han sido modificadas por el ser humano desde el Neolítico para aprovechar los recursos forestales, agrícolas y ganaderos. Los bancales de piedra seca que tenemos a la vista permiten aprovechar el espacio horizontal para el cultivo y aunque en la época árabe ya se practicaba esta técnica, las mayores transformaciones se dieron ya en la época cristiana para el cultivo de algarrobos, olivos, cereales, vides, etc.
En el año 1290, este valle que era ya conocido como Vall de Peras fue objeto de una intensa disputa entre el señor de la Vall de'Olocau, Ramón Escorna y los segorbinos.
Estas tierras cultivadas han sido la despensa de una gran cantidad de especies que encuentran en ellas una fuente esencial de alimento. El cultivo de las tierras mantiene la biodiversidad de nuestros ecosistemas. Estamos recuperando antiguos bancales de secano, reintroduciendo especies frutales tradicionales cómo perales, almendros y cerezos cuyos frutos y semillas ayudarán a mejorar la diversidad y el hábitat de muchas especies forestales.
Parada 2.- Observatorio Forestal. Pico Tristán
El pico de Tristán (Segorbe) situado a 759 m de altitud, nos ofrece unas vistas excepcionales sobre el Área de Especial Protección. Desde este punto podemos abarcar gran parte del territorio forestal salpicado por alcornoques y pinos. Las elevaciones de Montemayor, Penyes Altes y Gorgo concentran lo mejor de nuestros ecosistemas con formaciones características de rodeno que condicionan una vegetación única. Es seguramente el enclave botánico y forestal más valioso del Espacio Natural Protegido.
Parada 3.- El quejigo.
El barranco de la Saladilla es, sin duda, una pequeña joya botánica donde vamos a encontrar una flora excepcional, escasa en el Parque Natural. Podemos contemplar especies que necesitan, más que las demás, suelos frescos y profundos, además de generosas lluvias y una buena protección arbórea. Aquí ha podido prosperar el roble valenciano o quejigo (Quercus faginea), cuyas hojas semicaducas lo diferencian claramente de la carrasca (Quercus ilex), bastante más común.
El quejigo produce además unas agallas en forma de bolas marrones que se desarrollan en los brotes jóvenes a consecuencia de la picadura de un insecto.
En este hábitat privilegiado podemos ver también otras especies típicamente de umbría y de ambientes húmedos como el rusco (Ruscus aculeatus), el madroño (Arbutus unedo), el espino albar (Crataegus monogyna) y el durillo (Viburnum tinus), además de otras plantas adaptadas al suelo de rodeno como el brezo blanco (Erica arborea) y la jara cerval (Cistus populifolius).
Parada 4.- El alcornocal.
En el Área de Especial Protección sobrevive lo mejor de nuestro alcornocal en un territorio típicamente mediterráneo, riguroso para la vida vegetal y en continua adaptación para todas las plantas que tienen que afrontar unos períodos estivales extremadamente secos. Estos árboles han resistido los terribles efectos de los incendios con una capacidad de adaptación extraordinaria. Son capaces de soportar altas temperaturas y de rebrotar al poco tiempo.
Este árbol ha sido muy apreciado a lo largo de la historia por el corcho de su corteza que se utiliza básicamente para la elaboración de tapones. El proceso de extracción y preparación de esta materia prima ha necesitado de expertas manos siendo además un tipo de trabajo muy artesanal.
El alcornocal, cómo hábitat, ha cumplido ejemplarmente las funciones del desarrollo sostenible: elaboración de productos de calidad (corcho, ganadería, miel, plantas medicinales y aromáticas), conservación (biodiversidad, fauna, paisaje), mantenimiento de usos y costumbres tradicionales y desarrollo de la población en las zonas rurales.