Algímia D´Alfara
La Localidad de Algímia d’Alfara está situada en el norte de la provincia de Valencia, en la comarca de el Camp de Morvedre, a la subcomarca de la Baronía. El pueblo está situado a los pies del Picaio de la Seca i Picaio de la Punta, y a la derecha del río Palancia. Su principal fuente económica es la agricultura, con predominio de la superficie de secano (algarrobos, olivos, almendros y viña) sobre la de regadío (naranjos y hortalizas).
Gastronomía:
La paella es el plato protagonista en esta población, aunque en época de fiestas se cocinan las tradicionales “Calderas”. – En los hornos podemos encontrar, sobre todo cuando se celebran las fiestas patronales, las Cocas con Sardinas, los Pasteles de Tomate, los “Pan quemaos”, una gran variedad de Cocas en Llanta, tanto dulces como saladas.
Lugares de interés:
En plena Sierra Calderona se encuentra «La Font del comte», el enclave natural donde nace el agua potable de la población. Dentro de la población podemos encontrar cinco fuentes que se abastecen de este manantial.
Debe su nombre al pasado feudal, aunque los restos de una villa tardoromana en los alrededores hacen suponer que su existencia pueda retrotraerse a los siglos IV o V. En todo caso, ha aparecido mucha cerámica musulmana por los alrededores. Recuperado el entorno por el ayuntamiento en los últimos años, se está desarrollando una política de protección de las especies autóctonas y rehabilitando las estructuras de hábitat y riego tradicionales (refugios, balsas…). Próxima a Peña Blanca y al paraje de la Mina, desde donde se ve el mar, una pista forestal pasa próxima, permitiendo toda suerte de actividades al aire libre (senderismo, acampada…). El 13 de julio de 1907 se inauguró la canalización del agua de esta fuente hasta la población, es por ese motivo que en 2007 se celebró el primer centenario donde el Ayuntamiento de Algimia promovió toda una serie de actos conmemorativos.
Vía verde Ojos negros
Las vías verdes, nacidas de la recuperación de antiguos trazados ferroviarios, garantizan la accesibilidad y universalidad de usuarios, sin limitaciones de edad o capacidad física, unido a la seguridad que proporciona un recorrido sin vehículos. Constituyen, por lo tanto, un instrumento ideal para promover una nueva cultura del ocio y del deporte del aire libre. A lo largo de los 160Km de la Vía Verde de Ojos Negros, en dirección perpendicular en el Mediterráneo y en busca de tierras aragonesas mientras se va subiendo en altitud, el usuario puede observar los cambios en el entorno natural y rural que rodea el trazado. Transcurre por el trazado del antiguo ferrocarril minero de Sierra Menera, dividida en dos tramos es la Vía Verde más larga de España.
Las tierras todavía cultivadas ofrecen vistas diferentes según se asciende, desde los campos de naranjos de la localidad, pasando por olivos, almendros y garroferas, hasta los pastos y cereales de las llanuras de Barracas. La vegetación silvestre también cambia de manera radical, desde las zonas de pino blanco y el resto de vegetación mediterránea, hasta las masas de encinas, robles pequeños, sabinas y pinos propias de climas más continentales.
El discurrir de la vía por zonas abiertas, trincheras, túneles y viaductos, unido a este mosaico de tierras cultivadas, campos asilvestrados, masas forestales y páramos, proporciona al usuario un entorno natural inmejorable para el conocimiento y disfrute de la naturaleza y el medio rural.
El entorno del trazado, sumado a la adecuación del firme y drenaje, iluminación de los túneles, protección de las zonas más peligrosas con barandillas, cierre al acceso de vehículos, áreas de descanso cada 6 Km, reforestación del trazado y una completa señalización de información y de seguridad, hace de la Vía Verde de Ojos Negros un recorrido por las comarcas del Camp de Morvedre y Alto Palancia demasiado bonito para desconocerlo. Esta actuación fue realizada por la Consejería de Obras Publicas, Urbanismo y Transportes entre abril del 2001 y mayo del 2002.
Fiestas:
La Fiesta de la Virgen María de los Desamparados, tradicionalmente, se había celebrado el segundo domingo de mayo, pero desde hace unos años se ha trasladado al primer domingo de Agosto, coincidiendo con las mejores condiciones climáticas y con la mayor afluencia de visitantes a la localidad. Algímia también celebra fiesta en Santa Úrsula, que es la patrona de las chicas solteras. Tradicionalmente se hacía el 21 de octubre, pero actualmente se ha trasladado también a agosto, el día siguiente de la fiesta de la Virgen María de los Desamparados.
Dentro de las actividades de las fiestas patronales habría que destacar la Noche del Play-Back, el Festival de Bandas de Música, Corre Focs, Bailes con orquestas, actividades deportivas e infantiles… y una gran variedad de actos tanto para mayores como para niños y la Semana Taurina.
Cuenta con una gran tradición el porrat que tiene lugar en diciembre, se realiza el domingo después de la festividad de santa Lucia (13 de diciembre) y es conocido como la Feria de Santa Lucia.
En Abril se celebra un día dedicado en San Vicente Ferrer, patrón de Algímia.
Por varias circunstancias siempre quedan olvidadas algunas fiestas que tiene gran tradición:
SAN VICENTE: Actualmente no se hace ninguna celebración especial an Algímia el día de la festividad de san Vicent Ferrer. En cambio, antiguamente, y de esto debe de hacer casi un siglo, se acostumbraba a hacer una procesión por las calles de la localidad, en el centro había un vecino del pueblo vestido de San Vicent Ferrer. Otro vecino le exponía la necesidad de agua que tenían los campos y le suplicaba que hiciera un milagro que trajera la tan deseada lluvia. Inmediatamente, ante la expectación popular, desde arriba de los tejados otros vecinos, echaban agua.
LOS INOCENTES: Un otra celebración antigua, ya desaparecida, tenía lugar el día de los Inocentes, cuando algunos vecinos salían por el pueblo haciendo pagar a todos una multa.
SALPASSA: El miércoles santo era «el día de la Salpassa». Se conmemoraba con la bendición de las casas por parte del rector y el intercambio de sal con los vecinos (la sal bendita se cambiaba por la sal sin bendecir). Los vecinos obsequiaban el cura a cambio con huevos o dinero. Al mismo tiempo, los niños del pueblo iban por todas las calles con mazas, anunciando la llegada del cura.
Antoni Ferrer Perales, que fue rector de Algímia cuando todavía se celebraba la Salpassa, lo cuenta de la siguiente manera: «El Miércoles Santo el señor rector salía, revestido de capa morada, a bendecir las casas; mientras, los niños lo golpeaban todo: rastrillos, aceras, puertas y paredes… Mientras, las amas de casa aguardaban con las puertas abiertas y una mesita a la entrada con sal y agua. Cuando pasaba el rector les daba a besar la cruz y mezclaba agua y sal benditas con las que había en las mesas; las mujeres le daban o dinero o huevos: un par, o media docena, según su categoría económica» (1979:18).
Para la ocasión se entonaban versos cómo estos:
!Ous ací, ous allà,
bastonades al capellà.
Ous a la finestra,
bastonades a la tia mestra.
Ous a la pallissa,
bastonades a la tia Uisa.
Ous al ponedor,
bastonades al rector
Ous en el Picaio,
bastonades al tio Caio».
