Ademuz, capital de la comarca del Rincón de Ademuz, se encuentra en el límite con las comunidades autónomas de Aragón y Castilla-La Mancha.
QUÉ VER EN ADEMUZ:
1. Sus calles, ejemplos de la arquitectura rural y palaciega de otros tiempos, y en muchos rincones llenas de flores. Recomendable una visita por la villa medieval de la población (el casco antiguo) con acceso por el Portal de San Vicente y el recinto amurallado. El portal se encuentra junto a la Plaza de la Iglesia, templo conocido popularmente como el Rabal. En el centro de la villa destaca la Ermita de Nuestra Señora de la Huerta, el edificio más antiguo de la localidad (s. XIV). También entre sus calles se encuentra la Casa de la Villa (Ayuntamiento), la Cambra Vieja del Trigo (antiguo Almudín) y la Casa Abadía, así como otras localizaciones cercanas como, por ejemplo, el Cubo del Tío Maroto (en la Calle Vallado, una antigua construcción destinada a fabricar vino) o el Horno de Arriba, que conserva un bello arco. No hay que olvidar ascender hasta el punto más alto, el Castillo, convertido en uno de los mejores miradores de la comarca.
2. Imprescindible es la Ruta del Río Bohílgues, considerado el río más limpio de la Comunitat Valenciana. Recorrido fluvial, lleno de fauna y vegetación, para realizar en cualquiera de las estaciones del año. Cuenta con diversas zonas para disfrutar de un chapuzón, respetando el lugar en todo momento, y se alarga hasta la población de Vallanca. La ruta comienza junto al Molino de la Villa, el molino harinero más antiguo de la población, convertido hoy en oficina de turismo y centro de interpretación, donde se puede obtener más información del recorrido o de otros lugares que visitar.
3. Si se opta por alargar la ruta hasta Vallanca, se recomienda perderse por las calles de la población, antiguas y llenas de rincones donde la decoración floral y otros múltiples detalles cobran protagonismo.
4. Las 3 aldeas de Ademuz, que destacan por su autenticidad: Mas del Olmo, Sesga y Val de la Sabina, que suponen un museo al aire libre de la arquitectura de la zona. Las aldeas muestran la clara despoblación de la zona, donde resulta evidente la dureza de la vida en estas tierras. En ellas destaca la visita al Museo del Pan y su horno tradicional, situado en Mas del Olmo, un antiguo horno de pan que se enciende para ocasiones especiales y, además, alberga diferentes utillajes relacionados con cultivo del cereal y su transformación.
