Uno de los paisajes más característicos de la provincia valenciana es, sin lugar a dudas, la huerta, que abarca varias comarcas de la región. Varios kilómetros a la redonda que se adentran en el paisaje urbano conviviendo con la rutina diaria de cientos de personas que no podrían tener un ‘vecino’ mejor. Con una ocupación de casi 12.000 hectáreas de los municipios del tramo final de la vega del río Turia, y llegando casi hasta la Albufera de Valencia, se extiende la que podríamos calificar como una de las huertas de regadío más fecundas.
El gran valor que tiene este territorio no reside meramente en su potencial para el consumo, ya que esta huerta posee además un altísimo significado cultural y tradicional de fuerte arraigo en el entorno. Desde la época de los árabes en el siglo X, estas tierras eran ya cultivadas creando consigo una infraestructura hidráulica que se distribuía a lo largo y ancho de la huerta, la cuál acabó conformando un paisaje agrícola similar al que vemos hoy en día.
La distribución y la cantidad de agua para el riego de huertas estaban gestionadas desde aquella época por el Tribunal de las Aguas, cuyo papel de control y vigilancia del riego, así como de la utilización y uso del agua, sigue aún presente. Recientemente, la UNESCO ha incluido a este organismo en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Otra de las características de esta huerta que potencia aun más su transcendencia es la existencia de viviendas tradicionales que, desde muchos años atrás, se empezaron a construir junto a los cultivos. Ejemplo de ello son las tradicionales Alquerías, construcciones agrícolas que reunían a una o varias familias en torno a un territorio de campo determinado. Aunque también destaca la Barraca, construcción de barro y paja más característica de los ‘territorios inundables’, como los campos de arroz de las zonas próximas a la Albufera.
Es tal el prestigio de la huerta valenciana que el gobierno redactó un Plan de Protección de la Huerta con el cual pretende otorgar a estas superficies laconservación que merecen como paisaje cultural e histórico. El objetivo primordial es permitir su mantenimiento a largo plazo con el fin de potenciar la agricultura ecológica y el turismo sostenible para que muchos otros puedan disfrutar de este paisaje milenario tan característico.
Deléitate con los contrastes que te ofrece esta provincia recorriendo los diferentes campos de cultivo integrados en los diferentes municipios en una auténtica fusión de costumbres populares y ‘urbanitas’.
Foto 1: Wikipedia
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