Llega la Fira d’Ontinyent, una de las citas mas esperadas por todos los vecinos de este municipio de la Vall d’Albaida y de los alrededores. Esta será, como cada año, durante el tercer fin de semana de noviembre, del 15 al 18.
La feria consiste en un gran mercado, tradicionalmente agrícola, en el que se exponen multitud de productos diferentes y que podrán disfrutar todos aquellos visitantes que se acerquen de los más de 300 puestos de venta del recinto. Con el paso del tiempo esta feria se ha ido ampliando y captando así la atención de todo tipo de públicos. Y es que ahora la Fira d’Ontinyent cuenta también con más de 50 atracciones mecánicas para los jóvenes y niños, casetas de juegos, espectáculos y bares. Esta gran oferta hace que acudan a la feria personas de los pueblos vecinos, pero también de otras comarcas cercanas, como La Safor, La Costera o La Ribera Alta.
Se trata de un acontecimiento histórico, pues para conocer su origen tenemos que remontarnos cientos de años atrás, hasta 1418, cuando se le otorgó a Ontinyent el privilegio real de organizar una feria de tales dimensiones que lograra potenciar la economía local. El problema surgió a la hora de fijar la fecha, ya que se produjeron pequeños desacuerdos con Albaida y Cocentaina por cuestiones de competencia entre ellas y dado el éxito que se adivinaba para esta feria.
El encanto de Ontinyent
Después de la visita completa a la Fira d’Ontinyent hay que realizar otra parada, esta vez al centro histórico de la ciudad. Sólo hay que levantar la vista para ubicar el campanario de la Vila y guiar vuestros pasos hacia él a través de empinadas calles. En el centro, donde se enmarca el recinto amurallado de la Vila, podéis adentraros en el lujoso palacio o en las 4 iglesias que posee la localidad, pasear por una animada calle Mayor, por las plazas de la Vila y la de Baix y, sobre todo, deteneros a contemplar el Pont Vell. Este puente se construyó nada más arrancar el siglo XVI para convertirse en el monumento más simbólico de Ontinyent y nos regala unas de sus mejores vistas.
Asombra el gran contraste entre lo tradicional y lo moderno, pues una vez os alejáis del núcleo histórico se descubre un municipio más urbano y actual, con nuevos barrios que se han expandido rápidamente por el empuje de la sólida industria textil, el motor económico de la capital de la Vall d’Albaida. Porque si en su día lo fue la agricultura, empujada por la tradicional Fira, desde hace unos años la personalidad de Ontinyent es especialmente textil.
Más información / Turismo de Ontinyent
Foto / Decar 66