Carnaval
El carnaval se celebra en muchos de los municipios valencianos, algunos de ellos son Bèlgida, Villar del Arzobispo y Requena.
La fiesta del Carnaval encuentra en Bèlgida su expresión más popular. A la celebración “pagana”, se une en los inicios del siglo XIX, la dedicada a San Ramón Nonato (cumpliendo un voto hecho cuando este santo abogado de los partos difíciles, la protegió del cólera; hecho que le valió librarse de todo tipo de prohibiciones).
El sábado por la tarde, los vecinos se disfrazan y se pelean tirándose huevos y agua. Por la noche, y aún disfrazados, se celebra la gran y ceremoniosa danzada carnavalesca alrededor de la fuente. No podemos olvidar la gran batalla de harina, l’enfarinà, que “desde siempre” ha enfrentado a chicos contra chicas.
En Villar del Arzobispo también se celebra el carnaval. La Morca (morcilla enorme que hace las veces de sardina), el Tío Chinchoso (personaje central y representativo), las Murgas o comparsas y las Botargas, nombre que se da al disfrazado con utensilios y ropaje agrícola, toman las calles de esta población de la Serranía durante los días previos a la Cuaresma con el desenfreno y la desinhibición propia de uno de los Carnavales que mejor han sabido conservar su sabor ancestral.
Requena es otro de los municipios donde los carnavales son protagonistas. El Rey de Cepas, máxima autoridad local durante el periodo carnavalesco, y el Judas Colgado, muñeco de trapo y paja que, repleto de golosinas, quedará a merced de los más pequeños en un lugar público, son los elementos simbólicos más importantes de unas fiestas que concluirán el domingo anterior al Miércoles de Ceniza con el espectacular Entierro de la Sardina. En él, un impresionante cortejo fúnebre compuesto por cientos de plañideras (hombres y mujeres vestidos de mujer de luto), entonando el Ave Sardina (Ave Sardina, Regina carnavalorum), acompañan la figura que con su quema pública simboliza la pronta llegada de la Cuaresma.
Requena, Villar del Arzobispo, Bèlgida
Semana anterior al Miércoles de Ceniza