Durante estos meses hemos visto que la ciudad de El Puig da mucho de sí. Hemos conocido mejor nuestra historia con la ruta de las trincheras, nos hemos maravillado con la monumental Cartuja de Ara Christi y también con el Real Monasterio de Santa María. Algunos podéis pensar que ya está todo dicho pero la verdad es que todavía nos quedan algunas cosas que visitar. Así pues, hoy regresamos a esta ciudad para dejarnos sorprender por los restos del Castillo de Jaume I, declarado Bien de Interés Cultural en el año 2002, y también para conocer el Museo de la Imprenta.
Pero vamos a centrarnos en el Castillo. Este monumento sobresale por encima de los otros por su estratégica ubicación, ya que se localiza en lo alto de la colina de El Puig -también denominada la montaña de la ‘Patà’-, de forma que desde aquí se podía vigilar y controlar toda la extensión que quedaba a sus pies. De hecho, protegía las puertas de Valencia por la parte norte, siendo uno de los puntos clave de su defensa en la época musulmana. Fue justamente en esta época (siglo XI) cuando se levantó la fortaleza, aunque su aspecto actual corresponde a las modificaciones que El Cid, y más adelante Jaume I. llevaron a cabo entre las que figura la construcción de una villa amurallada alrededor del Castillo. Y esta villa no es otra que El Puig.
Puedes conocer de primera mano la historia de esta construcción, admirarla y recorrer su interior a través de las visitas organizadas que, por cierto, tienen 2 formatos muy diferentes. Uno consiste en la visita guiada denominada ‘El Pas de Jaume I pel Puig’; mientras que ‘Jaume I al Puig’ es el nombre que recibe el otro formato: una original visita teatralizada que seguro entretendrá a toda la familia.
Para que os hagáis una idea de la construcción, el Castillo contaba con un profundo foso excavado que lo rodeaba para impedir y dificultar los asaltos, así como 3 torres cuadrangulares de estilo árabe. Entre ellas destacan la Torre Albarrana y la Torre del Homenaje. La primera tenía la doble función de defender el acceso a la fortaleza a la vez que servía para contraatacar; mientras que la segunda era el rincón más seguro del Castillo y por ello también la residencia del Señor. Hoy en día todavía puedes ver lienzos de murallas, restos de las torres y de otras construcciones auxiliares.
Por cierto, esta construcción también se conoce con otros nombres debido a su recorrido histórico. Así, además de Castillo de Jaume I, también se llama del Puig, de Yubayla, de Cebolla o de Enesa.
Fuente / El Puig Turístico
Foto / València, Terra i Mar