La provincia de Valencia está llena de lugares mágicos, como el Barranc de la Fosch en Montesa, en la comarca de La Costera. Quizá la magia esté en el color teja de sus fresnos en otoño, el amarillo aliaga de las laderas en invierno, las delicadas rosas silvestres que brotan en primavera; o en la posibilidad de adentrarnos en la gran montaña sin tener que superar grandes desniveles, ya que mientras paseamos por el fondo fácil de la rambla los grandes picos quedarán a nuestro lado.
Se trata de un paraje con 604 hectáreas que constituye un entramado de barrancos y relieves montañosos en la Serra Grossa; y que en el año 2010 fue declarado Paraje Natural. Una de las razones que llevaron a ello es la gran cantidad de aves, especialmente las rapaces, que seguro encontramos en los cortados y barrancos, entre ellas los imponentes búho real y águila azor perdicera.
El sendero SI-CV61 recorre el Barranc de la Fosch en un recorrido de ida y vuelta de unos 10 kilómetros. Se puede llegar sin problemas desde Montesa, y tiene un desnivel de 100 metros, sin ofrecer grandes dificultades para los niños. De hecho, su riqueza natural y su valor ecológico lo convierten en un aula de educación ambiental. Otra posibilidad es realizar el sendero en bicicleta. Eso si, algún tramo del recorrido pasa por el lecho del barranco, por lo que conviene ir bien calzado y no realizar la excursión si se prevén lluvias fuertes.
El río Cànyoles marcará nuestra entrada al Barranc de la Fosch, que acaba en la Fuente del Meló. A medida que avancemos nos encontraremos a izquierda y derecha con los diversos afluentes del barranco. Al poco de empezar pasaremos por la Casa de Ana Terol, y más adelante por las Casas del Parroro. Son las ruinas de las casas de antiguas familias adineradas, propietarias de los bancales que todavía se conservan en el paraje.
Junto a las Casas del Parroro, a mano izquierda, un sendero sin señalizar nos lleva a la Basseta Roja, un abrevadero natural al que llegaremos tras superar una larga pendiente. En la Font del Meló encontraremos un manantial que nos servirá para reponer fuerzas y emprender el camino de vuelta. Junto a él están la Umbría del Pastor y la Penya de la Saladella, un importante hito paisajístico. Desde el Barranc de la Fosch podemos contemplar los restos del Castillo de Montesa, al que podemos acercarnos para acabar nuestra visita a esta localidad de La Costera.
Foto / Ajuntament de Montesa