Chelva, la capital de la comarca de Los Serranos, es la protagonista del post de hoy. Situada a algo menos de 70 kilómetros de Valencia, llegaremos hasta la ciudad por la carretera CV-35 en dirección Ademuz. Se trata de una localidad con mucha historia, ya que hay yacimientos del Neolítico y la Edad del Bronce, a los que siguen los asentamientos íberos y romanos aunque no fue hasta la época musulmana cuando obtuvo su momento de máximo esplendor. Hasta el siglo XVII cristianos, musulmanes y judíos vivieron en paz.
Restos romanos
Por orden cronológico nuestra primera parada debe ser el patrimonio romano, aunque tantos siglos después no queda mucho en pie. Destacan algunas villas rústicas, pero sin duda los varios restos del Acueducto de Peña Cortada ( entre Chelva y la vecina población de Calles) es el más representativo de esta época. Se trata de una mega infraestructura de 28 kilómetros que recorre las vecinas localidades de Calles, Domeño o Tuéjar. Es uno de los monumentos imprescindibles de la provincia de Valencia, y se cree que llevaba agua a los campos de Sagunto o Llíria.
La Chelva musulmana
Si todavía no has hecho la ruta islámica de Chelva, ahora es tu oportunidad para visitar el casco histórico de la ciudad. Empezaremos en el barrio árabe de Benecacira, con sus estrechas calles, unas casas encaladas y las típicas fuentes de la arquitectura musulmana. De ahí llegaremos a la Ermita de la Soledad, que se levanta en el mismo lugar donde hace unos siglos estaban el zoco y la mezquita, dos de los ejes de la vida musulmana.
La que todavía se conserva es la Mezquita de Beaeça, situada en el barrio de Arrabal, el barrio morisco de Chelva. y posiblemente una de las más antiguas de la Comunitat Valenciana; aunque la restauración que sufrió hace unos años ha sido clave para devolverle su aspecto original después de que se levantase una ermita de ella. Nuestro recorrido continúa en el Azoque, el barrio judío de la capital de Los Serranos.
Para cerrar la visita a la Chelva musulmana, podemos visitar La Torrecilla. Se trata de una torre de origen islámico construida sobre el Xércol, el nombre que dieron los romanos a un asentamiento íbero. Con el paso de los años se recuperó su uso y se fortificó, convirtiéndose en el siglo XIX en uno de los escenarios de las Guerras Carlistas. En esta época cambió varias veces de manos, y bajo el control carlista se fortificó la ciudad que en 1839 se convirtió en hospital.
La Chelva cristiana
Aunque ya hemos visto algunos detalles de la Chelva post reconquista, durante la Edad Media y la Edad Moderna se levantaron algunos de los edificios más destacados de la ciudad. Uno de los más difíciles de encontrar es el Palacio Vizcondal, que ha sufrido muchas transformaciones desde que en el siglo XIII se construyó aprovechando el castillo musulmán. Aún así, quedan restos de la muralla que rodeaba la ciudad en la época o de la torre musulmana.
Durante la segunda mitad del siglo XVI se construyó en la plaza del Arrabal el caserón que constituyó el Consejo de la Villa, una especie de ayuntamiento. Era el lugar más importante de Chelva, ya que era el punto de entrada de Valencia, la „frontera” entre los barrios cristianos y el morisco Arrabal o el sitio donde se instalaba el mercado.
Ya en el siglo XVII se construyó la Iglesia de los Ángeles, quizá el edificio más emblemático del municipio. Está en pleno centro de Chelva, y las obras iniciadas en 1626 acabaron en 1692 aunque en el siglo XVIII se añadieron la Capilla de la Comunión y un Campanario único ya que además de las horas su reloj, que data de 1887, también da el día del mes y la semana.
Museos
Pese a ser un municipio pequeño -unos 1.500 habitantes- cuenta con dos museos. El primero es el Museo Etnológico, donde podemos apreciar parte del importante patrimonio histórico y cultural de Chelva; mientras que en el Museo Forestal hay una serie de animales de la fauna local taxidermizados. Si queréis ver de cerca a estos animales os recomendamos recorrer Chelva y su entorno por alguno de los senderos que conforman la importante red senderista de Chelva.
Fiestas
La última semana de agosto se celebran las Fiestas Patronales, precedidas por la Semana de la Juventud, San Cristóbal o, en la aldea de Ahillas, San Juan. Otra fiesta importante son Los Mayos, que se celebran el 30 de abril.
Unos días antes se habrá celebrado la Semana Santa. El domingo de resurrección se lanzan desde lo alto de la iglesia miles de papelitos de colores, unas aleluyas bendecidas que, según la creencia popular, traerán bonanza y protección ante las tormentas durante un año. Tampoco podemos perdernos en enero San Antón, con el Festival de Narrativa Oral ‘Cuentantón’ y el curioso ‘Empujón’: se taponan las calles estrechas y la gente intenta derribar la barrera a base de empujones.
Más información y foto 5: Ayuntamiento de Chelva
Fotos: Falconaumanni / Sento / Praga / Manel
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