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Puentes colgantes, pantanos y el Charco Azul te esperan en Chulilla

Nov 10, 2013 | Blog, Deportes, Destacados, Náutica y aventura | 0 Comentarios

¿Cansado de recorrer los mismos senderos? ¿De contemplar las mismas vistas? Coge tus botas de montaña, ropa cómoda y agua para hidratarte porque nos vamos a Chulilla, donde los increíbles paisajes que dibujan los puentes, los cañones y el río te sorprenderán a cada nuevo paso. En este municipio de la comarca de Los Serranos viven algo más de 700 habitantes muy afortunados por disfrutar de este maravilloso entorno todos los días. Nada más llegar comprobaréis que el pueblo queda a los pies de una montaña sobre la cual se levanta un castillo árabe, y esto es sólo el principio.

Se trata de una ruta circular, encantadora y muy fácil de recorrer según nos ha hecho saber el grupo senderista ‘Trotasendes Benicalap‘. Son casi 18 kilómetros para andar sin prisa, pero para ello debéis tomar nota de las siguientes indicaciones. Al salir del centro urbano tenéis que buscar el sendero señalizado SL-77 denominado Ruta de los Pantaneros y Embalse de Loriguilla y seguir por él hasta llegar al Mirador Compuertas. Desde aquí ya podéis contemplar el Charco Azul (aunque será más adelante cuando lo veáis de cerca) y el espectacular cañón del río Turia, el cual discurre por un paso estrecho entre muros cortantes que desafían las alturas. Iréis bordeando este paisaje por un camino sencillo que se interrumpe en 2 ocasiones por un par de buenos motivos, pues os encontraréis con 2 puentes colgantes que cruzan de parte a parte el cañón y que os permitirán disfrutar de estas vertiginosas vistas en toda su magnitud. Más adelante pasáis por una pasarela de madera situada a la altura del río y junto a la zona de escalada hasta llegar a una gran apertura: estamos ante el Embalse de Loriguilla. Seguiréis por una pista forestal que, llegados a su final, os adentrará en un barranco para luego dejaros en unas escaleras. En ese momento habréis llegado a las pinturas rupestres, las cuáles están protegidas por una reja, al igual que ocurre con la Cova Negra de Xàtiva.

Charco Azul

Ahora toca emprender el camino de vuelta al pueblo de Chulilla, no sin antes deleitaros con nuevas vistas del cañón del río Turia, la Cueva del Gollizno y, sobre todo, con el Charco Azul. Se trata de una auténtica piscina natural, de aguas transparentes enmarcadas por las enormes paredes verticales. Seguramente el agua está bastante fría, pero si planificáis la ruta un buen día soleado ¡seguro que alguien se anima a bañarse!

Encontrarás más rutas en la página web del Ayuntamiento de Chulilla.