Si eres aficionado al senderismo te presentamos una ruta fantástica y sencilla, pues se puede realizar incluso con niños. Se trata de la senda que sigue el Río Buñol y llega hasta el municipio de Alborache, en la comarca de La Hoya de Buñol. Es el agua la que constantemente marcará nuestro camino, permitiéndonos disfrutar aún más de la vegetación y el paisaje. Son tan solo dos kilómetros que, sin embargo, aprovecharás al máximo.
Uno de los primeros tramos de la ruta transcurre junto a la orilla del río, desde donde apreciaremos una serie de molinos que antiguamente aprovechaban las aguas para fabricar papel o harina, según el periodo concreto. Actualmente los molinos se erigen ante nosotros como vestigios de un tiempo pasado, dado que se encuentran inutilizados, algo que ha favorecido muchísimo la conservación de la calidad del río.
Otra parada es la del Charco Azul. Deberemos desviarnos un poco para encontrar el camino de acceso, pero en poco tiempo nos encontraremos con la fuente Clavel, un lugar ideal para refrescarnos y volver a llenar nuestras cantimploras. Si continuamos accederemos definitivamente al Charco Azul, un manantial que debe su nombre a los tonos azulados de sus aguas y muy arraigado en la historia y tradición de los pueblos colindantes, especialmente para los habitantes de Alborache. Es un rincón perfecto para pasar el día mientras descansas, te bañas o meriendas, especialmente popular durante las fiestas de Pascua.
Una vez visto este paraje habrá que retroceder un poco tras nuestros pasos y volver al camino inicial para reanudar la ruta junto al río. Enseguida alcanzamos el último molino del camino: el Molino Galán, que actualmente funciona como casa rural. Se trata de un caserón antiguo que hacía las funciones de harinero hasta principios del siglo XIX, habiendo sido anteriormente una fábrica de papel.
El final del trayecto es la Fuente de la Mezquita, a la que se llega bordeando el Molino que acabamos de describir y siguiendo de nuevo el cauce del río. Este lugar ubicado en el extremo sur del término de Buñol limita justo con el río antes de que sus aguas se dirijan hacia Alborache. El entorno ha sido saneado recientemente, por lo que resulta muy agradable pasar el rato entre la frondosa vegetación y, sobre todo, escuchando de fondo el agradable sonido del agua cayendo.
Sin duda, una fantástica ruta para pasar el día con la familia. Un paraje verde, rodeado de agua y de fácil acceso, características que lo convierten en uno de los mejores de la zona.
Foto: azureisle