La playa es uno de los destinos preferidos para ir durante las vacaciones de verano. En la provincia de Valencia el buen clima y la cálida temperatura del mar Mediterráneo invita aún más a disfrutar de estos días en la zona costera. Y precisamente para que todo el mundo pueda disfrutar por igual de sus ventajas existe un plan de playas accesibles que habilita la arena y sus accesos para aquellas personas con dificultades físicas.
Si recorremos la costa valenciana de punta a punta encontraremos decenas de playas que disponen de aparcamientos reservados, rampas y pasarelas especiales para sillas de ruedas, lugares con sombra e, incluso, personal adaptado. Darse un baño en el mar o pasar un día en la playa no tiene que ser un camino de obstáculos, por eso son necesarias estas iniciativas, así como también es imprescindible conseguir que poco a poco cualquier litoral tenga todas sus playas adaptadas.
La provincia de Valencia es una de las zonas que dispone de dichos acondicionamientos, por lo que vamos a presentar un listado de algunas playas adaptadas que cuentan con instalaciones adecuadas y personal especializado.
Empezando por la zona norte de la provincia, en Sagunto encontramos la playa de L’Almardà, junto a otras como la playa de Puzol, las de Farnals Norte y Farnals Sur. Continuando hacia el sur, en Alboraya está la Patacona o el Oasis, mientras que en Cullera contamos con el Racó. También en Gandía hay varias playas como la Norte, la zona Manila y President o bien la playa de Aiguablanca y la de Terranova, situadas en Oliva. Estos son sólo unos pocos ejemplos que se suman a los 17 municipios de toda la provincia de Valencia habilitados, un conjunto que conforma así un total de 32 playas accesibles para todo el público.
Esta iniciativa de crear un programa de baño adaptado surgió por la necesidad de ayudar a personas con diferentes tipos de discapacidades y movilidad reducida. Para ello sólo se requiere de la presencia de un grupo de colaboradores sociales que asistan a estas personas en el baño.
Básicamente, el programa consiste en acompañar a estas personas mientras se meten en el agua y llegar así a una zona en la que puedan nadar. El método empleado se basa en unas ‘sillas anfibias’ donde se transporta al usuario hasta dentro del mar. Ya una vez allí, y gracias a diferentes flotadores que se adaptan a todas las necesidades, pueden disfrutar de un baño libre con el apoyo de los monitores. Desde que en 1997 se inaugurase el primer punto accesible, los esfuerzos por conseguir adaptar cada vez más playas han ido en aumento.
Todas aquellas personas que estén interesadas en hacer uso de cualquier punto de acceso de playa solo tienen que acercarse al mismo y ahí le ayudarán. Eso sí, para la atención de grupos, así como para recibir más información, es necesario ponerse en contacto con la localidad pertinente y preguntar todo lo que se precise.
Foto / Mr Juninho