Xàtiva fue uno de los núcleos más destacados en la época histórica del Reino de Valencia, importancia que aún disfruta como capital de la comarca de ‘La Costera’, situada en el interior de la provincia. En esta ciudad, que ronda los 30.000 habitantes, podremos visitar numerosos monumentos, como el Palacio de Alarcón, La Seo, el Real Monasterio de Santa Clara o el Museo de L’Almodí. Pero si destacamos uno entre todos ellos es, por su grandiosidad, el Castillo de Xàtiva.
Ya a lo lejos, cuando nos acercamos a la ciudad, se divisa el monumento coronando la montaña de Vernissa. Parece vigilar todo cuanto hay a sus pies, de hecho, su privilegiada posición le otorgó un papel estratégico en más de una batalla, ya que desde sus torres controlaban la vía romana de la época. Una serie de Torres defensivas y murallas abrazaban la ciudad (que aún es visible en distintos tramos), el origen de la edificación es posiblemente íbero (las crónicas más antiguas sitúan a Aníbal en su camino a Sagunt), del periodo romano son visibles los aljibes de agua situados en la parte más elevada de la fortificación siendo del periodo islámico y medieval los estilos predominantes en la obra. El castillo puede dividirse en dos partes: el Castillo Menor y el Castillo Mayor. Estas dos fortificaciones (cada una situada en las dos elevaciones del monte), están unidas por paños de muralla de distintas épocas y de éstas arrancaban las murallas que abrazaban la ciudad. Una riqueza artística que le ha valido la consideración de Bien de Interés Cultural.
En realidad es un conjunto monumental formado por 2 castillos, el Menor – situado a la izquierda – mientras que a la derecha se sitúa el Mayor. Desde ambos se extienden las murallas que en su día llegaban a abrazar la ciudad. Si cruzamos la llamada ‘Torre del Homenaje’ veremos las fortificaciones y restos arquitectónicos que nos recuerdan lo que fue el Castillo Menor y, siguiendo nuestro recorrido, nos adentraremos en el Castillo Mayor. Gracias a su buen estado de conservación, aquí nos podremos detener más tiempo a visitar la ‘Plaza de Armas’ y la ‘Puerta del Socorro’. Nombre este último que, por cierto, expresa muy bien su finalidad original, ya que constituía la única vía de comunicación con el exterior en caso de invasión. En lo alto descubriremos la pequeña capilla de techos abovedados que guarda un sarcófago donde, supuestamente, descansan los restos de un noble que murió estando preso entre estos muros: el Conde de Urgell. Y si había presos, también había prisión, pero no una cualquiera, sino la que ejerció de ‘Prisión de Estado’ durante los tiempos de la Corona de Aragón. Además del conde, allí vivieron encerrados varios personajes históricos, como los nietos de Alfonso X el Sabio, Jaime de Aragón, Didac de Borja o el Duque de Calabria. Su oscuridad y nuestra imaginación harán del calabozo un lugar siniestro y tenebroso.
Ya en el exterior y de vuelta a la luz natural contemplaremos sin prisa las vistas. Así, si nos fijamos, en lo alto de dos montañas, alcanzaremos a divisar 2 ermitas góticas, la del Puig y la de Santa Ana. Desde esta última se disfruta de una perspectiva diferente del Castillo de Xàtiva y de la inmensa panorámica de la comarca de La Costera y parte de la Ribera.
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Fotos / J>Ro