L’Albufera de Valencia es uno de los parques naturales de Valencia más conocidos, pero no es la única albufera que tenemos en nuestra provincia. Anna también tiene su Albufera, de la que ya os hemos hablado alguna vez, pero para completar nuestra visita a l’Albufera d’Anna hay que pasar por los Gorgos de este municipio de la Canal de Navarrés que también nos ofrece una gran cantidad de fuentes.
L’Albufera d’Anna
También conocida como el Lago de Anna, está a tan solo un kilómetro del municipio. Se trata de un paraje ideal para pasar el día, en especial en verano, ya que nos podemos refrescar en sus aguas después de hacer alguna de las excursiones que se han diseñado en su entorno. Además de la piscina, hay un parque infantil, restaurantes o chiringuitos, y entre Pascua y el 13 de octubre se pueden hacer paseos en barca por el lago.
Aunque la vida de Anna ha estado estrechamente ligada a l’Albufera desde tiempos inmemoriales, no fue hasta mediados del siglo pasado cuando se convirtió en destino turístico. Los pinos que la rodean permiten pasear tranquilamente por ella, y en sus aguas, además de patos, ocas o garzas, los aficionados a la pesca pueden encontrar carpas y barbos. Se puede pescar de lunes a viernes, siempre que no sea festivo.
La zona abierta al baño es una piscina natural creada por el agua de las montañas, que cae hasta l’Albufera en forma de cascada. Si nos fijamos bien en el agua, veremos los ojales, unos manantiales que hay al fondo del lago desde los que brota el agua del lago. El agua se dirige hasta Anna por los ramales, y la vemos en los gorgos, en los lavaderos y abrevaderos o acaba en el río Anna.
Los Gorgos
Empezamos en el Gorgo Catalán, al que llegan las aguas de la Font Negra a través de una cascada. Su estanque es muy profundo, y también está habilitado como zona de baño. Además, tiene un trampolín desde el que podemos tirarnos al agua. Muy cerca del casco antiguo está el Gorgo Gaspar o de Palet, pero el más conocido es el Gorgo de la Escalera.
Los 136 escalones nos conducen a este gorgo -de ahí su nombre-, situado en un gran cañón que ha creado el Río Anna. Su peculiar ubicación lo convierte en el lugar ideal para practicar barranquismo, aunque también dificulta que los rayos de sol lleguen hasta sus profundas aguas, que son de las más frías que nos podemos encontrar en el municipio.
Más información y fotos: Ayuntamiento de Anna