Parque Natural de la Sierra de Mariola
La Sierra de Mariola se alza entre las comarcas de L’Alcoià, El Comtat y La Vall d’Albaida, y es compartida por las poblaciones de Agres, Alcoi, Alfafara, Banyeres de Mariola, Bocairent, Cocentaina y Muro de Alcoy. Muy arraigada en la cultura popular valenciana, sus paisajes han sido y son un regalo para habitantes y visitantes. Este paisaje es herencia del aprovechamiento tradicional de los ricos recursos naturales que a lo largo del tiempo relizaron “nevaters”, pastores, leñadores… La presencia humana a lo largo de la historia en la sierra queda evidenciada por los hallazgos arqueológicos, les caves o pozos de nieve, masías, castillos y ermitas que la salpican. La propia orografía de la sierra presidida por el emblemático Montcabrer, los pastos, la nieve, las hierbas aromáticas y medicinales, los refugios naturales…, y especialmente el agua, conforman su fuerte personalidad.
Estos y otros muchos valores son los que motivaron la protección de casi 17.000 hectáreas con la declaración de Mariola como Parque Natural, el 8 de enero de 2002.
Centro de Información del Parque Natural de la Sierra de Mariola
Carretera CV-795 (Alcoi-Banyeres de Mariola), km 17. Mas d’Ull de Canals.
Tel.: 965937961 / 679195215
Correo electrónico: serra_mariola@gva.es
Más información sobre los parques naturales de la provincia de Valencia:
Web: https://parquesnaturales.gva.es/es/
Centro de Interpretación del Parc Natural de la Serra de Mariola
Mas d’Ull de Canals, ctra. Alcoi – Banyeres de Mariola, km 17’5. 03450 Banyeres de Mariola
Telf: 96 556 63 83
Fax: 96 556 76 13
Email: serra_mariola@gva.es
Pagina web: http://www.parquesnaturales.gva.es/va/
RUTAS DE SENDERISMO
Distancia: 7,5 Km.
Tiempo estimado: 2 h. 45 m.
No Apta para realizar en bicicleta.
Partimos del área recreativa del Convent d'Agres, que cuenta con mesas de piedra y madera, restaurante y fuente. Iniciaremos la subida por el margen izquierdo desde el que podremos ver el Barranc del Molí y la población de Agres con su fisonomía característica, desli-zándose por la pendiente de la montaña. En pocos metros nos situamos a los mismos pies del santuario (punto 1). La senda, bastante empinada al principio, se adentra en el poblado y sombreado Barranc de l'Assut, que se junta aguas abajo con el Barranc del Molí, donde se construyó un azud, con el fin de regular el abundante caudal. La senda continua elevándose, encontran-do muchas travesías que han ido abriéndose durante años; por tal de evitar la incipiente erosión, recomenda-mos seguir siempre la opción de menor pendiente. Atravesaremos la ladera colonizada por un interesante matorral mediterráneo con pino carrasco. Poco a poco iremos dándonos cuenta de la cautivadora panorámica que va emergiendo a nuestras espaldas. Cruzaremos una pista forestal que conduce al Barranc de la Teixera d'Agres, pero nosotros seguiremos hacia arriba, continuando por senda hasta llegar a las inmediaciones del Refugi del Montcabrer del Centro Excursionista de Alcoy, donde se localiza la Cava del Teix (construida en el s.XVIII), y que pasa prácticamente desapercibida por estar totalmente cubierta de hiedra. A esta altitud será fácil encontrar la carismática y apreciada salvia de Mariola y el punzante diorno azul, bien adaptado al viento y las heladas. Coronando la cima del Molló del Teix, también conocido como Comptador, se encuentra enclavada la caseta de vigilancia. Este punto ofrece una situación privilegiada desde donde podemos contemplar el colosal Montcabrer, los valles interiores de Mariola, el Recingle y la Cava Gran, la Valleta d'Agres y las comarcas de la Vall d'Albaida i la Costera, el Benicadell, el pantano de Beniarrés y la Safor al fondo, Albureca, Almudaina, la Serrella y Aitana. Para continuar el itinerario seguiremos por la pista forestal que desciende en dirección sudoeste hacia la Cava Gran (también llamada Cava Arquejada), símbolo inequívoco de esta sierra. Construida entre los siglos XVII i XVIII, estuvo en uso hasta principios del s. XX, volviéndose a utilizar puntualmente durante la Guerra Civil. Tiene 11 m de profundidad y 15 m de diámetro interior, con seis arcos de estilo gótico apuntados en los extremos del hexágono exterior y unidos en le centro; esta estructura sostenía la bóveda de viga y cañizo, rematada con teja moruna. En su interior puede verse un vigoroso tejo. En este sector elevado de la sierra, encontramos el hábitat prioritario de muchas aves como el cuervo, la collalba rubia, el acentor alpino, la rara bisbita campestre, además de aves rapaces como el pequeño cernícalo o el águila real. Volveremos sobre nuestros pasos hasta el Refugio y cogeremos la pista forestal que baja por la izquierda en dirección noroeste, permitiéndonos contemplar en todo momento un paisaje, no por antropizado menos bello, con la valleta d'Agres y las sierras que la cierran en el horizonte. A lo largo del camino encontraremos numerosas especies típicas del matorral mediterráneo con un estrato arbustivo compuesto por enebro, coscoja, aliagas, romero, brezo, torvisco, jaras y otras plantas de menor porte como la manzanilla borde, el tomillo, y la uña de gato, colonizando fisuras y agujeros a la vera del camino.
Al tiempo que descendemos, podemos encontrar señales de alguna garduña, zorro o jabalí. En verano es más fácil encontrar algún reptil como la culebra de escalera. Después de varias curvas, el camino pasa por la conocida en Agres como la Font del Tío Rufino, para acabar cruzándonos con una pista asfaltada, que de seguir hacia la izquierda (hacia occidente), nos conduciría al área recreativa de la Font del Molí Mató, donde se conserva uno de los mejores ejemplos valencianos de vegetación asociada a fuentes y manantiales, sobre una tosca de extraordinarias dimensiones. Para regresar al punto de inicio, giraremos a la derecha, llegando hasta las primeras casa del pueblo y continuando por el camino del Convent, flanqueado por monumentales cipreses que nos dan la bienvenida de nuevo, por delante de las cavidades conocidas como Les Coves del Bou.
Distancia: 6 Km.
Tiempo estimado: 1 h. 45 m. (ida y vuelta)
Este itinerario transcurre por el tramo alto del río Vinalopó. En esta región donde el agua ha sido el rasgo diferenciador, podemos encontrar un paisaje muy particular caracterizado por la existencia de ecosistemas de ribera y cultivos con necesidades de agua mayores (avellanos, pequeñas huertas) que los estrictamente de secano (olivos, almendros), además de otros elementos relacionados con el aprovechamiento del agua, como los sistemas de riego de numerosas balsas, canales, presas y molinos asociados a antiguas fábricas.
El itinerario comienza en el mismo Centre d'Información del Parc Natural, en el Mas d'Ull de Canals. Saliendo de la masía, seguiremos la pista forestal que aparece a nuestra izquierda y que nos conducirá prácticamente al final del itinerario. A escasos 500 metros del inicio cruzaremos el Barranc d'Ull de Canalns, donde limitan los términos municipales de Banyeres de Mariola y Bocairent.
Continuando por la pista encontraremos a la izquierda una serie de bancales de olivos y almendros, y numerosas casitas repartidas por la zona conocida como l'Ansarí. A la derecha, la vegetación está dominada por pinos y matorral; a nuestras espaldas vamos dejando el Mas d'Ull de Canals y elevándose al fondo, la Penya la Blasca. Ante nosotros, cada vez resultan más visibles los restos del castillo del Vinalopó, construido en la cima de una solitaria colina, y mientras caminamos podemos contemplar los efectos del devastador incendio acaecido en el año 94 sobre las cumbres de los alrededores.Siguiendo los bancales, ahora de avellanos, la presencia no demasiado lejana de chopos (Populus nigra) ocupando una franja lateral, nos indica la localización del lecho del río que, a tramos, parece literalmente excavado en el fondo del valle, hacia el que nos acercaremos cada vez más.
Recorridos unos 2'5 kilómetros desde el inicio, llegaremos a las proximidades de La Borrera o Molí de la Campana (punto 1), con la chimenea que ya de lejos podíamos atisbar. En sus inicios, en el año 1.712, la edificación fue concebida como molino de harina; más tarde, en el año 1.810, se reconvirtió a molino papelero, y finalmente, entre los años 1.855 y 1.968, se transformó al sector textil. Constituía un verdadero complejo fabril, con hasta tres molinos papeleros (el más conocido el de la Campana, famoso por su papel de fumar uno de harina, además de la hilatura. La pista continua paralela al río, decorado con el bosque de ribera constituido por chopos sobretodo, pero también por álamos (Populus alba), sauces (Salix sp), zarzas (Rubus ulmifolius), juncos, y otras especies, custodiadas por el vuelo de oropendolas (Oriolus oriolus), ruiseñores comunes (Luscinia megarhynchos), autillos (Othus scops), carboneros comunes (Parus major), mitos (Aegithalos caudatus), ruiseñores bastardos (Cettia cetti), petirrojos (Erithacus rubecula), y otras pequeñas aves que alegran, con sus llamativos colores y cantos, nuestro caminar.
Continuamos unos 300 m aguas arriba hasta llegar al conjunto de la Fàbrica de Blanes (punto 2), también conocidas como el Molí de Baix y el Molí de Dalt. . Las primeras edificaciones, nacidas como molinos de harina, datan de finales del s. XVIII. Desde principios del XIX y hasta 1.942, su destino fue la industria papelera.
Para continuar el itinerario cruzaremos el río y seguiremos una senda que discurre por el interior del bosque de ribera, hábitat de una importante fauna de la que no será difícil encontrar algún ejemplar de las especies más comunes, como puede ser la rana verde (Rana perezzi) o la culebra viperina (Natrix maura). Por esta orilla del río atraviesa la antigua acequia que conducía las aguas hacia los numerosos molinos y balsas que prosperaron a orillas del río. No tardaremos en cruzar de nuevo el río para llegar, escoltados por carrascas, sauces y algunas trepadoras, a la Font de la Coveta (punto 3). Se trata de una cavidad de unos 2 m de altura situada en un recoveco a la derecha del camino;muy cerca, un medidor de caudal, que antaño se usaba para comprobar el nivel de las aguas y regularlas en función de las existencias y necesidades.
Existe una cierta controversia en cuanto a la ubicación exacta del río Vinalopó. Tradicionalmente se ha venido considerando la Font de la Coveta como tal, si bien es cierto que el agua provendría de Els Brulls, o incluso de una zona más arriba, en las proximidades del Mas de Bodí. Lo que sí es cierto es que, es en este manantial donde el agua brota a la superficie de forma permanente, creando así un verdadero río de vida. Las aguas continúan su camino, y el caude recorrerá sus comarcas en busca de la ciudad de Elche, y desaparece antes de llegar al mar. Son un total de 92 km de escaso caudal, ya que el río se ha empleado desde antiguo para mover los engranajes de las fábricas textiles y papeleras que tanto abundan a lo largo de su curso, y también en los cultivos de regadío que existen en sus riberas.
Para regresar, nos dirigiremos directamente por la pista forestal hacia las fábricas. Es posible que se nos cruce algún conejo asustado (Oryctolagus cuniculus), o tal vez nos encontremos con alguna lagartija colilarga (Psammodromus algirus) tomando el sol. Rechazando cualquier bifurcación que encontremos tanto a izquierda como a derecha, llegaremos de nuevo a las inmediaciones del Mas d'Ull de Canals.
Notas: no está permitido el acceso con vehículo motorizado por pistas forestales sin autorización expresa; no está permitido el baño en el área de protección integral del nacimiento del río Vinalopó.
Distancia:4,5 Km.
Tiempo estimado: 1 h. 45 m.
No apta para realizar en bicicleta.
Este itinerario comienza en el Palau Comtal de Cocentaina, edificio de estilo gótico- renacentista, construido sobre un antiguo edificio musulmán del s. XII. El edificio gótico fue construido por orden de Roger de Llúria, primer señor feudal de la villa, en la segunda mitad del s. XII. En la segunda mitad del s. XV, siendo ya condado, la familia Corella, entonces propietaria, realizó obras de reforma y ampliación del edificio. Este edificio resulta de gran interés por su calidad artística y arquitectónica, destacando: la capilla de San Antonio Abad, la Sala Dorada, la torre del Paraguas y la Sala de Embajadores; además, en la planta baja, se ha adecuado una sala gótica donde se ubica la Biblioteca Pública Municipal.Iniciamos la marcha por la Plaça del Mercat, buscando las estrechas callejuelas del antiguo barrio musulmán del Raval, que conservan el encanto de un trazado de casas bajas y apelotonadas, entramado laberíntico que imprime un carácter muy particular a esta parte de la población.
Continuamos por el Carrer del Forn y la iglesia del Salvador, construida sobre la antigua mezquita de la población, hasta llegar a la Creu desde donde seguiremos un camino hormigonado que nos llevará directamente a Santa Bàrbara. Poco a poco, los ladrillos van siendo sustituidos por una vegetación constituida principalmente por pino carrasco (Pinus halepensis) y escasos arbustos: brezo (Erica multiflora), torvisco (Daphne gnidium) y aladierno (Rhamnus alaternus), dispersos entre numerosas gramíneas. Mientras caminamos, a nuestra derecha, podemos contemplar majestuoso el castillo de Cocentaina, en lo alto de la colina conocida como la Penyeta Blanca, sirviéndonos de referente a lo largo de todo el recorrido.
Finalmente alcanzaremos la entrada que nos conduce hasta el área recreativa de la Ermita de Santa Bàrbara (punto 1). Se trata de una construcción del tipo "de conquista" atada en la segunda mitad del s. XIII y que da nombre al área recreativa creada en torno a ella, con bancos, fuente y un parque infantil, todo ello en un paraje muy frecuentado por las gentes de la zona, ideal para el esparcimiento, y rodeado por una frondosa pinada.
Continuaremos con la dirección que llevábamos, cruzando la carretera para tomar una senda que aparece a nuestra derecha, muy próxima a una torre de electricidad. Esta senda, protegida en ciertos tramos con barandilla de madera, zigzaguea por la ladera de la montaña para ganar la pendiente sin esfuerzo. La senda enlaza con un camino de piedra, que transcurre por el margen de cultivos de secano, olivos y almendros fundamentalmente, que se repiten a lo largo de todo el itinerario, ganando terreno a la montaña, en una práctica heredada de los árabes. Seguidamente, el camino se bifurca, evitando tomar el ramal de la derecha, que conduce a una propiedad particular; continuaremos por el de la izquierda hasta que encontremos, nuevamente a la izquierda, el inicio de una senda, que tomamos, adentrándonos en una zona donde la vegetación se hace cada vez más densa. Encontramos ejemplares jóvenes de pino carrasco y un sotobosque compuesto por brezo, romero, aladierno y otros arbustos. La presencia de excrementos en el camino o en sus proximidades, nos da idea de la existencia de ciertos animales que por otra parte, resultarían muy difíciles de avistar, dado que se trata de animales salvajes que por naturaleza evitan al ser humano: zorro (Vulpes vulpes), ratón de campo (Apodemus sylvaticus), conejo (Oryctolagus cuniculus), etc. Resulta más fácil observar el vuelo de ciertas aves como la collalba negra (Oenanthe leucura), el cernícalo común (Falco tinnunculus), la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) y el carbonero garrapinos (Parus ater), etc.
La senda en este tramo discurre casi paralela al barranco, y según ascendemos, se hacen más visibles los restos de la antigua muralla y los abrigos que sirvieron de refugio a antiguos pobladores de estas tierras, en las laderas de la Penyeta Blanca.
Continuamos ascendiendo hasta alcanzar una pequeña planicie, donde encontramos un membrillo (Cydonia oblonga) y una higuera (Ficus carica), ésta última muy repetida a lo largo de todo el recorrido. Conforme ascendemos se hace más abundante la presencia de la manzanilla amarga (Santolina chamaecyparissus), el rabo de gato (Sideritis sp), el cardo corredor (Eryngium campestre) y la retama común (Retama sphaerocarpa). La senda enlaza nuevamente con un camino de tierra, el cual seguiremos en su sentido ascendente hasta el mirador en una planicie situada a los pies del castillo (punto 2). Éste es en realidad una torre de origen cristiano de finales del s.XIII o principios del XI.
Se haya enclavada sobre los restos de un antiguo castillo musulmán de la Qusantaniya del s.X, de la época califal, que ejercería cierto control militar sobre la importante ruta de las tierras de alrededores, ofreciendo al mismo tiempo refugio para los habitantes de las alquerías próximas. De estilo gótico-militar, con elementos ojivales en arcos, puertas, ventanas e interiores, presenta planta cuadrada de 13 m de lado por 12 m de alto, sobre un talud de sillería, para adaptarse a las irregularidades del terreno. Consta de 2 plantas, con varias dependencias por piso, un patio interior y un aljibe para el abastecimiento de agua. Actualmente restaurado, se puede acceder a su interior solicitando las llaves al Ayuntamiento de Cocentaina. Desde este mirador podemos contemplar una vista magnífica de todo el valle y las sierras de los alrededores, de izquierda a derecha: el pico del Cerincal, la entrada al Barranc de la Quebrantà insinuándose a sus pies, el Port d'Albaida, el Benicadell, la Serra de la Safor, el pantano de Beniarrés, la Serra d'Almudaina, la Serra d'Aitana, la Serreta, el Carrascar de la Font Roja, Els Plans y finalmente el Pic Negre, como un espolón pétreo, tras el que se encuentran Les Penyes Monteses y finalmente el Montcabrer.
Para continuar, nos dirigiremos en dirección al Pic Negre, con una coloración negra en la cima, posible origen del nombre, desechando el camino a la izquierda cerrado con una cadena. Tomamos pues el camino hormigonado de la derecha e iniciamos el descenso; observando la cima de frente, caminamos entre casetas donde la vegetación autóctona, espino albar (Crataegus monogyna), coscoja (Quercus coccifera), aliaga (Ulex sp), aladierno y uña de gato (Sedum sediforme), se entremezcla con especies ornamentales, dándole un aspecto en ocasiones exótico. Proseguimos entre bancales de olivos (Olea europaea) y almendros (Prunus amygdalus), lcon algunos ejemplares de higueras y granados (Punica granatum), desechando cualquier bifurcación de caminos hasta encontrarnos con una senda a mano izquierda que se adentra en una pinada, que forma parte del área recreativa de la Ermita de Sant Cristòfol (punto 3), continuando por unas escaleras de piedra que nos conducirán hasta los distintos servicios con los que cuenta el área recreativa: paelleros y mesas rústicas, fuentes, parque infantil, bar-restaurante adosado a la ermita, erigida en el s.XV y que da nombre al paraje, todo ello en una zona boscosa, donde predominan pinos y acacias (Robinia pseudoacacia), y que convierten a este lugar en un paraje ideal para el descanso y disfrute de los visitantes.
Saldremos por el aparcamiento hacia la carretera, desechando el ramal de la izquierda que nos conduciría, siguiendo la llamada "senda ecológica de la Asquererola" (antiguo proyecto de educación ambiental que trataba de aproximar algunos aspectos de gran interés de la sierra a los usuarios) a Les Huit Piletes. El camino hormigonado de la derecha nos llevaría nuevamente hacia el castillo. El itinerario continúa por la carretera 150 metros para continuar por una pista asfaltada a la derecha. A pocos metros una escondida senda inicia su trayectoria por la derecha y nos acompañará, bordeando por la peña hasta una sorprendente vista de Cocentaina, con los edificios más emblemáticos y el entramado de calles tan diferenciado en cada uno de los barrios históricos de la población, el Raval, con calles estrechas y irregulares,la Vila, conformada a favor de las principales calles longitudinales, y todo, cómo no, con el cordón de montañas que mirando a levante dibujan el fondo de esta maravillosa panorámica. Siguiendo a la izquierda, se baja hasta encontrar las primeras casas del pueblo y el generoso manantial del Pla de la Font, desde donde se podrá continuar por las calles de la Vila hasta el punto de inicio.
El paseo empieza en el área recreativa del Preventori (en el término municipal de Alcoi), que ofrece diversos servicios como fuentes, mesas rústicas, bar y sanitarios, así como piscinas en la temporada estival, todo ello en un paraje que ofrece además lugares sombreados para el ocio y el descanso de los visitantes. Ésta es una zona muy conocida y frecuentada por los habitantes de la zona. El edificio fue expresamente construido, en los años 50, para albergar un hospital para niños enfermos de tuberculosis con las aportaciones económicas con que todos los estamentos y las clases sociales de la ciudad participaron. Años después se convirtió en casa de acogida para niños huérfanos y actualmente funciona como residencia de ancianos. El camino que comienza a la altura de la gran balsa y que se interna hacia donde nace el barranco, conduce a otra parte del área conocida como L'Horteta del Pobre (punto 1), donde también encontraremos mesas de piedra, a parte de la balsa, la fuente y un puente de madera nuevo como protagonista sustituyendo otro anterior, todo en un fresco rincón acondicionado recientemente para acoger la visita de quien se asome.
Hay muchas sendas que conducen a la cima -a 921 m de altitud, presidida por la cruz y la Ermita de Sant Cristòfol (punto 2), que le da nombre a este monte público- que han sido formadas por el trasiego de muchos amantes de la naturaleza que durante años se han acercado hasta aquí, alejándose de la urbe, para disfrutar de la paz del paraje. Así, siguiendo siempre la opción más conveniente para evitar la proliferación de nuevos atajos y menguar el proceso erosivo de la ladera, ascenderemos por esta roca oculta por los pinos y el matorral más vigoroso de un cerro soleado como éste. En un principio la senda atraviesa una suave pendiente repleta de pinos con el abundante manto de lastón (Brachypodium retusum) y con alguna sabina (Juniperus phoenicea); más arriba pinos, romeros (Rosmarinus officinalis), espinos negros (Rhamnus lycioides subsp. borgiae), romeros macho (Cistus clusii), pinillos de oro (Hypericum ericoides), algún aladierno (Rhamnus alaternus) y las aliagas, se aferran a la roca por cualquier fisura, resistiéndose a perder su oportunidad.
Esta parte del sur de la sierra de Mariola no ha presentado siempre el mismo aspecto, puesto que en el pasado carecía prácticamente de cubierta vegetal La repoblación se realizó dentro de la iniciativa de la construcción del hospital infantil, participaron escolares de toda la población y personal del ejército. Durante la ruta nos podrá sorprender el canto de algunos pájaros, la rápida huida de pequeños reptiles y tal vez, con más suerte, el majestuoso vuelo del buitre leonado (Gyps fulvus), especie que ha colonizado los riscos del Barranc del Cint y de los alrededores, fruto de un programa de reintroducción en las comarcas de L'Alcoià y El Comtat llamado Projecte Canyet. La ermita actual, reformada hace unos años, es un edificio del s. XX anterior al proyecto del preventorio, pero construida sobre una del s. XIV donde probablemente hubiera anteriormente alguna construcción de origen musulmán. Actualmente se encuentra abierta permanentemente. Junto a la ermita existe un aljibe y la gran cruz de hierro, visible a mucha distancia, colocada también durante en los años 50 en sustitución de la original de madera de 1903, destruida durante la Guerra Civil.
En muchos lugares se repitió la iniciativa de celebrar el inicio del nuevo milenio con la colocación de cruces en las cimas de elevaciones bien visibles desde las diferentes poblaciones, aunque aquí se tuvo que esperar unos años. La excelencia de esta atalaya como mirador se hace patente en observar a nuestro alrededor el amplio campo visual que se alcanza. La población de Alcoi, surcada por sus ríos y las sierras que cierran la hoya foia (la Serreta, Els Plans, el Carrascar de la Font Roja i Sant Antoni, ...), las destacadas sierras de Almudaina, la Serrella, Aitana y, asomando levemente con apariencia curiosa, el elevado espolón litoral del Puig Campana. Mirando al norte nos sorprenderá ver el impresionante tajo del Barranc del Cint y las estribaciones de Mariola prolongándose a levante hacia Cocentaina y su castillo con el Benicadell al fondo desde esta perspectiva, el embalse de Beniarrés a sus pies y las más lejanas montañas de La Safor; en cambio si atisbamos hacia poniente, por la espalda de la ermita, el peñón del Castellar y los campos del Baradello nos saludaran con su verdor estacional.
En frente, cerrando el cuadro hacia el interior de la sierra, la linia del Alt de Les Pedreres y destacando con una tonalidad más clara,los antiguos cráteres de extracción mineral que le dan nombre al alto, que abandonaron esta actividad ya hace años, y que actualmente acogen el comentado Projecte Canyet. Cabe resaltar que todo el paraje, ermita, sendas y alrededores, ha sido acondicionado con el esfuerzo anónimo y desinteresado de muchos jubilados vecinos de Alcoi, amantes de la sierra y que año tras año han hecho de este lugar su casa y la de todos. El regreso al punto de partida se realizará por una senda de menor pendiente por la vertiente septentrional del cerro, rodeando inicialmente antiguos bancales de olivos, y que abandonaremos antes de llegar al Baradello de Moia para volver al inicio en un rápido y descansado descenso.